Cuando la conoció sabía que estaba tratando con una chica fuera de lo común, con una entre un millón, o quizás más. La había visto por primera vez con esas medias de rayas blanco y negro, su cabello desordenado, miles de decoraciones en las muñecas, cabello ligeramente morado y su casaca que decía FUCK YOU en la espalda.
Les tocó en la misma clase una vez y se dio cuenta que el profesor siempre insistía en hacerle la vida imposible. Una vez le dijo algo que no debió y ella, con todas las ganas del mundo le sacó el dedo medio, luciendo tres anillos rojos y la uña pintada de negro.
Podían suspenderla, pero ni ella ni el profesor fueron castigados. Todo fue ignorado.
Ella creía en la posibilidad de crear caos una vez por año, de quemar cosas y escuchar Green Day a todo volumen, golpear vidrios y patear cosas.
Era prácticamente un soldado.
Iba a ser la madre de toda una revolución adolescente, pues después de lo del profesor, muchos comenzaron a seguirla, pero nadie se le comparaba.
-Joder, algún día todos estos autoritarios cabrones me van a besar los zapatos... ya verás. Todos van a pagarla caro.
Estaba firmemente convencida que el gobierno no sabía lo que hacía, que la policía en su país era corrupta hasta decir basta y que todo seguiría igual hasta que alguien hiciera algo inteligente.
Confiaba en que cuando llegase al poder, si es que lograba hacerlo, todo cambiaría de forma radical.
Era descontrolada, astuta, rebelde y casi una santa a los ojos de los adolescentes reprimidos que la conocían.
Ella jamás moriría.
Jamás.
Les tocó en la misma clase una vez y se dio cuenta que el profesor siempre insistía en hacerle la vida imposible. Una vez le dijo algo que no debió y ella, con todas las ganas del mundo le sacó el dedo medio, luciendo tres anillos rojos y la uña pintada de negro.
Podían suspenderla, pero ni ella ni el profesor fueron castigados. Todo fue ignorado.
Ella creía en la posibilidad de crear caos una vez por año, de quemar cosas y escuchar Green Day a todo volumen, golpear vidrios y patear cosas.
Era prácticamente un soldado.
Iba a ser la madre de toda una revolución adolescente, pues después de lo del profesor, muchos comenzaron a seguirla, pero nadie se le comparaba.
-Joder, algún día todos estos autoritarios cabrones me van a besar los zapatos... ya verás. Todos van a pagarla caro.
Estaba firmemente convencida que el gobierno no sabía lo que hacía, que la policía en su país era corrupta hasta decir basta y que todo seguiría igual hasta que alguien hiciera algo inteligente.
Confiaba en que cuando llegase al poder, si es que lograba hacerlo, todo cambiaría de forma radical.
Era descontrolada, astuta, rebelde y casi una santa a los ojos de los adolescentes reprimidos que la conocían.
Ella jamás moriría.
Jamás.
1 comentario:
Clasikos adolezcentes en noche de Halloween... xD
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