Lo bueno de todo es que sigo viva. Hace unos días podía jurar que no iba a salir de esta, pero aquí estoy.
En una cabina de Internet, ya que mi computadora murió hace unos días. Las clases se cancelaron por lo del virus A(H1N1) y no veré a nadie hasta el miércoles.
Voy a tener que encontrar algo que hacer en estos días... algo emocionante y fuera de lo común como tirarme de un helicóptero en paracaídas o comer alguna comida exótica en un país desconocido por todos.
Haber pasado tanto tiempo sin entrar aquí me ha sentado muy mal... porque de verdad quiero este lugar. Ya que las personas que de verdad me escuchan y entienden están muy lejos, este es el único espacio que tengo para hablar libremente, sabiendo que jamás me aparecerá un cartel que diga que ya no va a recibir lo que escribo.
Quizás estos días me sirvan de reflexión y pueda sentirme mejor conmigo misma... de todos modos, después de volver a la escuela pasarán unos días y estaremos de vacaciones.
La educación está en crisis.
Y a muchos, les alegra. Si no me hubiera ido ayer por la mañana, podría haber visto como todos gritaron, patearon y se abrazaron cuando los profesores avisaron que las clases se suspendían por una semana.
Es curioso... a veces, suelo extrañar mucho a mis compañeros de clase.
No se exactamente porqué... pero los extraño.
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