jueves, 9 de julio de 2009

En Honor al 'Enano'

En realidad no se porqué me estoy acordando de ti, pero espero verte sonreír cuando sepas que estoy haciendo esta entrada en tu honor. Suena bonito ¿No?
Comenzaremos cuando estabas en pañales y yo tenía 4 años de edad y muchas cosas aprendidas y por aprender. Te vi, todo curioso y diminuto. Cuando te vi en tu cochecito de color azul marino, supe que pasaríamos muchas cosas juntos.
Creciste, efectivamente. Yo me acercaba a la adolescencia y tu a la niñez. El día que saltaste encima de mi casette de Timón y Pumba y lo destrozaste, me di cuenta que ese solo sería el comienzo.
Te llevábamos a la playa con nosotros, a comer pollo a la brasa los domingos y mi papá te compraba lo que querías, aunque yo insistía en que no te engriera tanto porque te ponías cada día mas malcriado. Una noche cuando me desesperaste, te conté un cuento de terror que te dejó traumado de por vida y comenzaste a portarte mejor. ¿Funcionó, lo recuerdas?
fin dejaste los berrinches de lado y comencé a tratarte como un hermano menor. Te quedabas a dormir los fines de semana, comíamos KFC después de mis clases del ICPNA y comprábamos chicles de mora para ver películas en la noche.
Logré enseñarte a escuchar rock, a despreciar el reggueaton (o como se escriba) y finalmente te pasé todos mis conocimientos sobre películas, música, artistas y sobre la vida en general.
Te enseñé a decir fuck you de forma correcta y ahora quiero decirte que estoy orgullosa de ti. Por más que me hayas desesperado cuando eras un niño y me obligaras a traumarte con esa historia, siento mucho orgullo.
Sabes las matemáticas que yo jamás aprendí, el rock en español que no tuve la oportunidad de buscar y unas ganas de vivir que me contagias.
Te quiero, Gian Carlo.
Aunque crezcas, siempre serás mi pequeño sobrino.
Nos queda un largo camino, camarada. ¡Ya lo verás!

No hay comentarios: