Tal como me lo imaginaba, se avecinan tiempos de crisis y apocalípticos. Este será un año de suicidios y muchas personas que conozco van a desaparecer, si no lo hacen por unos meses, lo harán por toda.
Me explico... todo se debe a que estamos metidos en un pozo de preocupación tremenda. Las clases comienzan el Jueves, así que mañana es nuestro último día libre. Además de tener tareas mandadas por Internet, nos damos con la sorpresa que es muy probable que nos tomen examen tras examen una vez que entremos.
Y eso a mi parecer, causará muchos problemas.
Esto de cancelar las clases no solo ha sido un dolor de cabeza para los profesores que deben de estar maldiciendo el virus, si no también para los padres que se han hartado de vernos todos los días sin hacer nada (las tareas no fueron gran cosa). Y qué decir para nosotros que ahora estamos con el cuchillo en las venas por la posibilidad de los exámenes.
Estoy segura que serán apocalípticamente difíciles, porque conozco a mi colegio. Solo un ingenuo pensaría que los profesores nos dejarán en paz estos dos días.
Si el jueves y el viernes estamos en paz con todos, lo más probable es que el infierno comience la semana que viene.
De todos modos ya tenía que llegar, de lo contrario no sería colegio ni nosotros alumnos.
El hecho que muchos alumnos estén pensando en tirarse de un barranco quizás no les importe, así que eso que nuestra mentalidad les importa es solo un cuento de hadas para que los padres se la crean.
O quizás solo estoy siendo demasiado criticona con mi querido colegio. Tienen sus lados buenos... pero lo que se avecina será masacre.
Y no hay más culpable de las masacres, que ellos.
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