Son las 7:47 de la mañana en este domingo de Octubre, lo cual significa que mi fiesta terminó hace cuatro horas, si no me falla la matemática. ¿Y yo? No, no estoy ebria ni tampoco con resaca, (estoy desayunando Sprite sin helar, bo, que mala soy) por el hecho mismo que soy indestructible y lo único que me duele ahora son los pies por haber bailado las mejores salsas de mi vida, entre otros éxitos que marcaron historia.
Tengo que agradecerle a mi papá (cuando se despierte) por haber hecho todo lo posible para que esto sucediera. Simplemente ha sido la mejor noche del año entero, lo digo así de brutal: LA MEJOR NOCHE DEL AÑO para mi y vaya, estoy completamente satisfecha.
Comencé a preocuparme cuando se iba haciendo un poco tarde y no veía a muchas personas llegar. Lo admito, por un momento creí que me fallarían, pero no fue así. Saludaba a todos en la puerta y los recibía con la barra abierta, libre y democrática y poco a poco el mundo se fue fusionando en los espejos del techo, con los cubalibres del refrigerador, los cigarros en el suelo, mis amigos y amigas bailando como si no hubiera un mañana y por supuesto yo, gozando como no tienen idea de aquellas horas de felicidad.
No tengo mucho que decir al respecto, joder, salvo que hubieron muchas frases memorables, momentos que me dejaron muy feliz y canciones que desde ahora en adelante serán himnos de mi burla hacia las pendejadas penas y trampas que suceden en esta vida.
Agradezco a todos los que fueron, incluyendo lo que me trajeron regalo y los traidores que no (broma, saben que la intención y presencia basta todo el tiempo) y bueno, como ya dije, a mis padres por haberme hecho el mejor regalo de cumpleaños del mundo.
Aunque mi cumpleaños es el dos de noviembre.
Bah, qué carajos importa eso ahora.
Sin resacas,
Req
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