"El secreto es nunca tomar de golpe. Porque mientras olía a cigarro y bocas alcoholizadas, a dolores de cabeza y a secretos sin ninguna clase de discreción, podíamos sentir que ya todo había terminado. Dos semanas después del final absoluto del colegio, de nuestro abandono de uniformes, nos poníamos a pensar de verdad en qué habíamos estado haciendo durante todos estos años.
Pero como me decía, el secreto es nunca tomar de golpe. Ese dolor palpitante en las sienes es probablemente porque el vodka es una bebida peligrosa. Un día en clase de biología, la maestra había dicho que si alguien se toma una botella de vodka de un tiro, probablemente se muera. ¿Le creímos? No sé, hasta ahora nadie se ha muerto, pero es porque nadie toma de esa manera, carecen de hígado, de ganas. Ya nadie quiere nada.
Todo es tan vago, tan carente. Solo podemos recordar que el secreto es nunca tomar de golpe. Embriagarse de a pocos, reírse de la nada, tocarse y tocar a otros, sonreír para la foto que nunca será publicada, hasta que los años pasen, el alcoholismo pase, la pena y los problemas pasen, quizás solo para convertirse en algo más profundo.
En esta sala descansan con los ojos vidriosos los futuros profesionales del país. No es muy raro, no es nada raro, aquí ya descansan los primeros puestos, los últimos, los intermedios, los que nunca fueron recordados y los que hicieron historia. Pero como nos decían los de afuera, una vez que se termina, quien fuiste y lo que hiciste en el colegio se quedó para el olvido.
Nos vemos en marzo, nos llamaremos por teléfono, lo hemos prometido, nunca separarnos, jamás. Sin embargo sabemos que es mentira.
Lo único que queremos es dejar este lugar, olvidarnos de todo y comenzar desde cero, abandonando esas tristes personas que fuimos. Nunca tomar de golpe, es lo único que nos enseñaron los de arriba y cuando se fueron, hicimos del colegio un caos. Así como siempre lo soñaron los niños, aburridos de la monotonía, mirándonos romper las reglas sin consciencia y con miedo, siempre con miedo, a los castigos religiosos.
Siempre amanece, siempre anochece, siempre salen los fantasmas y los demonios aunque digan que son cosa de cuentos, somos la prueba viva que lo sobrenatural, lo raro y lo incomprensible existe. Creemos en todo, nos graduamos con honores...
... y ahora nos preguntamos si en algún momento, valió la pena"
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