domingo, 1 de enero de 2012

Him

Me arrepiento de cada verso, corazón ingrato
jalando de una cuerda la tinta de tu marca
¿Quién eres tú, si no un traidor, para quemar la belleza? 
¿Quién eres tú, si no un malvado, para llenarme de dolor? 

Y guardaría (si pudiera) cada lágrima mandada
por la pena a tu espíritu negro, de olvido y de jugadas 
¿Por qué te lloraba, si de emociones careces? 
¿Por qué me fantaseabas, si nada es lo que parece?

Correría lejos de ti toda mi existencia, 
para no encontrar la pesadilla de tu presencia 
¡Ah! ¡Pero qué falsa es tu careta, tu mentira, tu verbo! 
¡Ah, sí! ¡Pero qué cólera me despiertas, infeliz! 

Jamás he de amarte, porque como veneno es tu amor 
y nunca he de recordarte, porque como niebla a es tu memoria
¡Vuela, como cuervo adornado, lejos de mi rama triste! 
¡Vuela, como daga hacia el alma, y mata a otro corazón iluso!

Perdonaría entonces, tu eterna manipulación 
si tan solo existiera en mi alma para ti el perdón 
¡Aléjate de mi, que de ti nada deseo! 
¡Aléjate de mi, que de ti nada extraño! 



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