lunes, 16 de enero de 2012

La Muñeca

El día en que me borraste del Facebook, del Messenger y de todas las redes sociales que nos permitían comunicarnos cuando no iba a tu casa, pensé en que quizás me había equivocado de persona. Es decir, siempre creí y quizás hasta ahora creo que eres la colegiala intelectual de lentes bonitos y terriblemente seductora que podía dar más que esto; borrarme de tu vida jamás fue una idea tan absurda. 
Lo peor de todo es que a mi me da igual y tu probablemente me olvides en unas semanas, con ayuda de tus amigos, tus seguidores, tu blog, blablabla, todos los personajes que te acompañan y te hacen sentir menos menor de edad y más independiente. 
Por ahí dice que tus padres ya te dejan tomar el autobús por tu cuenta. Me siento emocionado. 
Lo curioso del asunto es que en términos generales, a mi todo me excelentemente bien. Es más, me va tan bien, que dudo preocuparme mucho por tus problemas, es por eso que solo pienso esta noche en qué será de ti, en cuánto me odiarías, en si me insultarías con tus demás amigas y si ya le habrías dicho a tu madre que soy imbécil porque blablabla. 
Tengo mis dudas si me equivoqué contigo. Quizás pedí demasiado todo el tiempo, quise hacerte crecer muy rápido para así enamorarnos cuando fueras libre y la historia se culminaría. Eres menos inteligente de lo que pensé cuando te conocí y me deslumbraste con tus comentarios, tus libros y tu música clásica. Olvídalo, tú y yo siempre hemos sido un imposible, ya nada importa. Tú con tu nueva universidad, yo con la mía, tú con tu lo que sea que tengas y yo con mi vida brillante, colorida, bastante alegre, como puedes ver. Estoy seguro que te has vuelto alérgica a mi felicidad. No me saludaste ni por año nuevo ni para navidad e incluso te desapareciste el día de mi cumpleaños. No te culpo. Supongo que tienes razones para odiarme. 
Así como yo tengo razones para que tu tristeza e indignación me valga un rábano. 
Lo siento, muñeca, las cosas no funcionaron ¿Qué mas te puedo decir? Nos adelantamos sin siquiera dar pasos largos, nos salimos de la carretera sin tener un auto. Yo que creía que nunca íbamos a tener problemas o discutir... 
Y sin embargo, lo último que probablemente has hecho, es eliminarme de tu vida, como diciéndome "Esta discusión se terminó, gano yo, vete a la mierda". 

1 comentario:

~Vero~ dijo...

Ash, a veces las mujeres podemos ser tan drásticas, trágicas...
Pero estás yendo muy bien con eso de llevar tu vida contraría a la de ella.
Y es mejor sacarse las espinas del cuerpo, sólo estorban, duelen y hacen mal.

Me encanta cómo escribís, te felicito!