sábado, 2 de enero de 2010

Ojos Azules / Michael Vive

Michael se sentó en su escritorio después de haberse lavado las manos como siete veces. Agarró el lapicero de tinta negra y líquida que le habían regalado por su cumpleaños número 17 y se propuso escribir todo hasta el final.

"Lea era una persona muy peculiar. En cuanto escribo su nombre solo puedo recordar su cabellera castaño claro, su piel reluciente y suave junto con su sonrisa imborrable que al final terminó cayendo en el olvido y sus eternos ojos azules, que parecían ser lagunas de agua bendita y pura. Toda esta basura de situación comenzó hace cuatro meses, cuando estábamos en el patio de la escuela y yo charlaba con mi grupo. Toda la vida nos han considerado dementes sin solución así que no era sorpresa que nos miraran mal o nos molestase los clásicos idiotas físicamente perfectos. Pero la única persona que para mí era físicamente perfecta y no era una idiota era Lea. Yo sabía que creía que era un perdedor y que nunca le interesaría... pero ese día se acercó y con una sonrisa me pidió que la acompañase.
Me dijo que estaba invitado a una reunión privada que haría en su casa el sábado por la noche y mi corazón dio un vuelco.
Me puse rígido, desde mi cabellera negra y larga hasta los dedos de los pies. Le dije que sí, porque era Lea, era LEA ¿Lo entienden? Y yo soy Michael... somos de mundos opuestos y entonces ella me da la maldita oportunidad de hacerla
feliz, como se lo merece.


Fui a su casa esa noche, con mi ropa planchada y todo arreglado. No había absolutamente nadie.. solo Lea sentada en el sofá con un vestido negro que me hizo volar. Pero la sensación no fue nada comparado a lo que sentí cuando se acercó y me quitó el saco, mientras me miraba con sus hermosos ojos azules me invitó a recorrer su cuerpo con mis temblorosas manos. Y yo acepté, porque sentía que Lea me amaba, me amaba con su boca perfecta, sus ojos azules, su cuerpo descomunal y su voz tan seductora. Me fui de su casa dos horas después, dejándola en su habitación riéndose como una niña después de
hacer una travesura. Las muñecas me dolían por las esposas. Sí, cuando llegaba el momento de ser salvaje Lea tenía el doble de energía, el doble de salvajismo, el doble de TODO. Siempre sería más que yo.. su mundo era distinto al mío.


Pasamos tres meses y medio en una relación espléndida. Hablábamos por teléfono, salíamos a todos lados y era perfecto, por fin yo tenía lo que quería: a Lea enteramente para mí. Cuando íbamos a cumplir el cuarto mes estando juntos, yo estaba en el centro comercial y me escabullí para comprar un CD hasta que escuché la conversación que cambió mi destino.
Lea estaba hablando con su amiga Jane y le decía "Honestamente no se, ya me tiré a Michael porque perdí la apuesta y ahora no se como sacármelo de encima. Digo, ni siquiera es TAN bueno en la cama como para soportarlo un mes más. ¿Que debo de hacer, Jane?"
Fue como si me hubieran disparado una bala cubierta de ácido. Me sentí mareado, me sentí enojado, triste, deprimido, asqueado de mí mismo, de haber caído en las manos de aquella arpía que aparentó amarme tanto tiempo...

La noche siguiente no fui a la escuela elaborando mi plan. Me puse unos guantes nuevos que mi papá tenía en una caja, pues es doctor y salí
rumbo a la casa de Lea. Sus padres se habían ido de viaje con su hermana menor y
ella estaba sola en casa.
Era perfecto.
Salí corriendo a la mitad de la noche en busca de Lea. Fue entonces cuando..."

Michael se detuvo cuando se dio cuenta que la mano le comenzaba a doler demasiado. Suspiró y se reclinó en el asiento.
Dejó de mirar el papel lleno de letras negras y su mirada cayó en un frasco ligeramente grande y lleno de un líquido oloroso que era formol, algo que había conseguido gracias a su padre.
Un par de ojos azules flotaban.
Michael los miró sonriendo y volvió a escribir.
A pesar de todo... alguna cosa de Lea seguiría siendo de él
Suya para la eternidad.

1 comentario:

Mar dijo...

Hola,me ha gustado mucho este breve relato.

Todos los relatos breves te los inventas tu?

me encantan tus blogs!!aunque este relato acaba de forma algo macabra me gusto mucho