Fecha del Sueño: Sabado 19 de Diciembre 2009
Estaba en una habitación extraña, algo muy parecido a un salón de clases. Recuerdo que estaba mirando hacia una pizarra con letras blancas, pero nunca supe que decía. Un profesor que nunca había visto hablabla y hablaba, pero yo tenía la mente en otro sitio, en otro mundo, en otros tiempos.
Entonces fue cuando sentí un ruido detrás mío.
Alguien se de la carpeta de al costado me estaba mirando fijamente y yo me quedé paralizada. Era de piel acanelada, ojos profundamente oscuros y el cabello ondeado y corto de color castaño muy bien peinado.
Su sonrisa era espléndida, de dientes blancos y relucientes. Nunca antes lo había visto ¿Quién era? Me miraba como si fuéramos amigos de toda la vida, como si fuéramos más que tan solo amigos...
Se acercó y comenzó a susurrarme en la oreja izquierda mientras no dejaba de sonreír. No recuerdo nada de lo que decía, pero él estaba ahí. Estiré mi mano para que se juntase con la de él y entrelazamos dedos, siguió susurrando y pronto me comenzó a besar cerca de la yugular, mi cuello en toda su totalidad.
Sonó el timbre y mientras todos se iban yo seguía ahí, detenida en el tiempo sintiendo como aquel desconocido susurraba y se reía mientras lo hacía, como si me contara la fábula más cómica del mundo... o las frases más inapropiadas del día.
Me giré y mi mejilla chocó con la de él, nos rozamos los labios y el me besó la mejilla también.
Salimos juntos y comenzamos a caminar por la calle, yo no sabía como se llamaba y por el momento él tampoco sabía mi nombre.
-Me llamo Nick- me dijo sonriendo.
Yo solo asentí y continuamos caminando hasta llegar a la última esquina antes de entrar a una plaza.
-Ya tengo que regresar, en mi casa no me dejan salir hasta tan lejos.
-No te preocupes... solo dime que no te olvidarás de mí.
-No lo haré.
- Deseo encontrarte de nuevo.
Regresamos agarrados del brazo y yo aún sentía toda aquella energía que aún teníamos adentro pero lo ignoré.
-No vayas a olvidarme porque te perseguiré y no podrás librarte de mi- dijo sin dejar de sonreír.
No se me ocurrió ninguna razón para escapar de él. Yo solo quería encontrarlo de nuevo, repetir el episodio del salón de clases una y otra vez... yo deseaba no poder librarme de él.
Estaba regresando a casa...
Y desperté.
Desperté con la oreja izquierda quemando y la imagen de una sonrisa grabada para siempre.
Todo mezclado con la gran angustia al darme cuenta que Nick no estaba ahí.
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