Se acerca la Navidad. E imagino que todo debería de ser bonito gracias a eso, pero no, olvídenlo no funciona. Ustedes no son los expertos en trastornos y a menos que me esté leyendo algún psiquíatra con paciencia no creo soportar ninguna clase de crítica.
Al demonio.
Que la tierra trague la cena de Navidad.
Junto con todos los malos recuerdos.
Y esta depresión del demonio que no me deja en paz.
Si uno de estos días me internan por cosas del destino...
quiero que sepan que los amo.
Y que él es un idiota.
Y todo se va al demonio de nuevo.
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