viernes, 25 de diciembre de 2009

Capítulo VI: Llegó Navidad

- Gracias por todo lo que has hecho por mí, Zefin.
- No te preocupes.
- De verdad me siento un poco mal por estarte hablando a la una de la madrugada... me fastidia creer que interrumpí un buen sueño.
- Oh vamos ya dije que no pasa nada.
- Tienes razón. Si hubiera sido un buen sueño honestamente me habrías mandado al demonio hace mucho,
- Tu me conoces. Eso es verdad.


- Y bueno... es terriblemente malo sentirse así de deprimida a tan solo un día de Navidad ¿No?
- Es terrible... pero se que lo superarás.
- Mira, hemos pasado quizás una hora hablando y ahora la mitad de Lima debe de estar durmiendo, a excepción de los fiesteros de siempre.
- ¿Estas segura que no tiene que ver con ÉL?
- Nope. Te lo juro que no es por él, es una razón desconocida pero ya me dejó de preocupar.
- Sabes que es un imbécil ¿Verdad?
- Sí.
- Y sabes que lo amas ¿Cierto?
- Sí... eso también lo se.
- Perfecto. Entonces estamos bien.

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