Al cielo naranja, en el atardecer de un otoño silente
escondiéndose en violeta, en Bordó de una memoria
sobre todos los cadáveres, los muertos en vida
el fin del mundo no es fin,
hasta que todos seamos fiambres
Fragancia a tumba se extiende,
tener las agallas de correr
o morir de hambre en un refugio así
bajo el atardecer de un otoño silente
saliente
En éste apocalipsis infeccioso
¿Sobreviviremos los dos, a segundos de la muerte?
De marcas de dientes; el mundo es malo
allá afuera
Esperaré a que te vuelvas sol
para fundirme en tu luz
esperaré a que te vuelvas lágrimas
para ser sal violenta de tus ojos
esperaré a que seas tinta
para que ser hoja inundada de palabras
esperaré a que seas espina
para volverme el dedo herido,
Fin del mundo, apocalipsis
¿Y a alguien le importará...
que tenga el valor de quedarme?
¿Y alguien nos detendrá...
si dejamos de correr?
¿Si me vuelvo sal, papel o luz?
¿Y a alguien le importará...
que te diga buenas noches una vez más?
1 comentario:
Interesante poética.
Persevera.
Saludos :)
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