jueves, 10 de febrero de 2011

Desde El Más Allá / Parte III

Una sinfonía de perros me levantó en la mañana cuando el cielo de Arica se pintaba de un azul profundo, naciente, un feto color índigo. Valió la pena haberme resfriado porque toma una fotografía, se las mostraré cuando regrese.
Ayer estaba orando como todas las noches, le hablaba a Dios sobre mis problemas, mis deseos más profundos y que por favor cuide a todos. Sentí que iba a comenzar a llorar después de mucho tiempo, estuve a tres segundos de quebrarme por completo, pero lo aguanté, tomé aire, no vas a llorar Bárbara Ramos, no es fácil, tienes que aprender que no es fácil.
Me quedé dormida después hasta el mediodía, desayuné sin ganas, tomé un baño, en la televisión pasan problemas cotidianos de gente cotidiana, esos juzgados en vivo donde les pagan a la gente para inventarse historias. Deberían de contratarme para aquellas cosas, puedo hacer dramas inmortales en cuestión de segundos ¿Qué es lo que se te ofrece? El marido que engañó a su mujer con un un amigo homosexual del trabajo y que tiene ahora que mantener a su hija debido a que su mujer está embarazada ¿Los niños huérfanos que prefieren a sus padres adoptivos que a los biológicos porque son un dúo de hippies que quieren sacrificar a sus hijos a un dios de la marihuana?
Estoy mentalmente inestable, amigos míos. Ah, me olvidaba de contarles, ayer hubo un temblor en Atacama (no muy lejos de acá) y eso, sumado a los comentarios del taxista, nos ha quitado todas las ganas de ir a la playa.
Cuatro años sin tocar el mar.
Se siente bien tener un comentario extraño para las personas.
Ésta no es una entrada muy larga, mañana por la noche estaré con ustedes de nuevo, espero llegar bien, quiero llegar bien, tengo mucho por delante, no me voy a dar por vencida.
Pero se siente raro pensar y pensar en problemas antes de dormir, levantarme y preguntarme qué es lo que va a pasar.
Cuiden a los seres que aman con fuerza de tigre y corazón de pantera.
Nunca los abandonen.
Porque estarán dejando un pedazo de alma atrás.
Los quiere y extraña,
Requiem.

1 comentario:

Reinhardt Langerhans dijo...

Con toda la fuerza del tigre
que yo del mal los libre
con un corazón de pantera
a nadie dejaré en espera
y con el cariño de un gatito
les ofrezca el amor bendito

Sabias palabras, Réquiem.
Un saludo :)