domingo, 6 de febrero de 2011

Algún Tipo De Sobreviencia

ADVERTENCIA: Ésta entrada fue escrita en un estado total de desesperanza sumada con el cansancio de haber ido a dormir a las tres de la mañana. Conclusión: Probablemente no tenga casi nada de verdad.
Soy una tonta. Soy una tonta primeramente por guiarme de mis propias suposiciones, segundo por ser una extremista, siempre he querido negro o blanco, congelado o hirviendo, ángel o demonio, me quieres o simplemente no y así se vive en éste mundo. Tercero, por mi grandes ansias por cambios radicales que a veces no salen muy bien.
Momentáneamente, no me quedan muchos regocijos. ¿Quieren saber la verdad? Llevo internamente días en un estado gris, ésto no sucedía dese hacía meses, casi medio año y no es justo. JAMÁS ha sido justo que uno esté mal cuando menos lo necesita, correción, jamás ha sido justo que uno esté mal y punto. ¿Y saben qué más? Eso de los cambios radicales me sentó muy mal al final, porque tuve que obedecer al destino, pensar que por fin se me cumplían esos pensamientos que hace tiempo arrugé, junté y quemé con kerosene pensando que estaría tranquila.
Nadie me obligó a salir de mis tiempos de insensibilidad.
Sería bueno que me extirparan las emociones por unos seis días, unos seis meses, unos sesenta y seis años y luego quizás pueda comenzar de nuevo. Me detesto y me merezco todo lo que me pasa y los dolores que causa. Jamás he sido una persona buena, siempre (casi comprobado) hiero, harto, malcrío y destruyo a las personas que me rodean como si fuera un virus mortal.
¿Saben QUÉ es lo genial de todo ésto? Que me doy cuenta de las cosas más rápido de lo que debería. No me voy a morir, no sé ni siquiera qué estoy haciendo porque todas son suposiciones, absolutamente ésta entrada está escrita a base de imaginaciones mías que ni siquiera están comprobadas. Siento ese nudo en la garganta y ahorita me pregunto ¿De verdad? ¿Es eso lo que crees? ¿ESTÁS SEGURA que todo te está yendo tan mal? No sé.
Vivo, sobrevivo y momentáneamente me muero en dudas. Necesito que me extirpen el corazón y lo guarden en formol hasta que algo sobrenatural logre hacerme comprensibe, porque creo que no lo soy y en fin, es suficiente, odio los domingos, odio mis tres debilidades.
No odio nada más. La vida seguirá normal y todo se arreglará cuando las personas tomen respiros de vez en cuando, todo el mundo me dice que hablar lo sana todo, yo mismo lo digo.
Pero los diálogos son de dos.
Así que piensen bien en qué me aconsejan.
¿Quién me mandó a creer que las cosas siempre irán bien?



PD: Supongo que mi profesor de violín tiene la razón en absolutamente todo.

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