No me gusta verte llorar, cada vez que te veo triste o molesta me siento culpable, un poco basura quizás... y ni siquiera se si es por mi culpa. Se que no quieres hablar de esto, que has estado evadiendo ésta conversación por mucho tiempo, pero creo que ha llegado el momento de decir las cosas como son. De darnos cuenta, qué es lo que estamos haciendo desde hace años. A veces me ponía a pensar en las cosas que escribías. Me la pasaba por tu blog, por tus notas en todos lados y analizaba tu forma de "hablar" cuando charlábamos por internet. Pero la verdad es que nunca logré adivinar qué querías decirme. ¿Que me querías? ¿Que yo no te importaba? ¿Que todo te daba exactamente igual?
A veces todo parecía irreal, como si quisieras decirme a gritos algo, pero lo ocultaras con una fuerza sobrenatural. Y nunca, hasta hoy, había tenido la fuerza para venir, mirarte a los ojos y hablarte de ésta forma, aunque ahora tu estés mirando hacia otro lado. Pero me escuchas, si no quisieras escucharme ya te hubieras ido caminando tranquilamente. Esas pequeñas muestras donde yo te notaba tan molesta y esas palabras claves que hablamos por teléfono esa noche ¿Tenían algún significado? Quiero preguntarte... argh... solo quiero saber la verdad.
¿Me amas?
Eso es lo que quiero preguntarte. N-No se exactamente porqué, pero necesito saberlo. Necesito saberlo para ver si ese vacío que sentía cuando me hablabas con frivolidad fue por una causa lógica, para saber si la razón por la que has llorado tanto hasta ahora he sido yo. Y... ¿Hablabas de mí con tus amiguitas? ¿Les comentabas sobre lo que te decía? ¿Cuando hablábamos por teléfono y mis visitas? Quisiera saber si te sonreías mientras decías mi nombre, si he sido algo de cual puedes sentirse tan orgullosa. ¿Te he podido traer tanta felicidad? ¿Es eso posible?
Entonces esos poemas eran para mí. ¿Es eso, Requiem? ¿He sido yo, todo éste tiempo? No, no quiero que llores... de verdad no es mi intención, no quiero que me insultes más ni que llores, porque nunca ha sido mi intención hacerte daño. Yo no sabía, Requiem.
Yo no sabía, pero por favor... no me ames tan fuertemente. No me ames de aquella manera tan hermosa en la que me amas, porque sentiré que cada paso que doy, puede ser un dolor para ti. Si hemos sido amigos todo éste tiempo, si te he conocido y hemos intercambiado tanto ¿Por qué ahora te comportas, como si nunca me hubieras visto? Requiem ¿Por qué no te dignas a mirarme? ¿Tienes miedo?
Pero por favor, no me odies. No quiero que me insultes el resto de tu vida, que me llames imbécil insensible, que te niegues a abrazarme y a contestarme por los diálogos nocturnos, que me hables frívola por el teléfono y le digas a mi mejor amigo que ya no te acuerdas de cómo me llamo. No seas cruel... porque si me odias, odias a un pedazo de tu vida. Y es cierto, tú lo escribiste.
Requiem, no me olvides. No te olvides de mi nombre, no me preguntes quién soy cuando te hable, no te preguntes quien es ese chico que viene a tocar tu puerta y se queda mudo cuando ve que nunca vas a bajar. Olvídame y deja en niebla los años que han pasado. No llores... ¿Te toco una canción? Dame tu guitarra, dame cualquier cosa y te canto una canción, te animo, mando al demonio todos mis pensamientos donde detesto lo sentimental, dejo a un lado mi egoísmo... pero no llores porque me siento sin sentido.
Abrázame y ahora si quieres quédate el resto de la tarde ahí. Me quedaré un rato más... porque se como nunca has analizado cada cosa que te he dicho.
Buenas noches, Requiem.
Buenas noches.
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