sábado, 5 de marzo de 2011

Escupitajo #10:

Lamento mucho ser un drama con patas. De verdad que me gustaría dejar de ser un drama de vez en cuando, pero es casi inevitable. Supongo que tengo la exageración en las venas, pero me lo llevo muy bien ahora que estoy tranquila después de dos horas de piano perfecto. Tuve que tocar para tranquilizarme, no hay nada mejor que sentarme a tocar y que nadie me moleste hasta que termine de desfogar mi confusión. Vaya, son las once de la noche y estoy muy cansada, pero quiero seguir escribiendo, regresar a tocar a mi habitación (¡Sí! ¡Ahora el teclado está mi cuarto por fin!) y pensar en éste olor a chorizo que entra por las ventanas. Por un momento pensé que me estaban cocinando algo delicioso, pero todo es creación de mi hambriento organismo, tendré que conformarme con yogurt. Qué triste.
Lo bueno de tener el drama implantado en mi cerebelo es que todo lo siento más fuerte, en especial ahora. La luna es más que la luna, un libro más que un libro, un poema más que un poema y el dulce más que solo dulce. ¡AH! Debe de ser por eso que soy una fanática de los escenarios y no puedo vivir sin actuar por lo menos una vez al año. Espero con ansias las dos obras en donde nos toca participar éste año, creo que ya les dije que necesito volver a escenarios y gritar, patalear, ACTUAR en términos generales.
Hijos míos, lamento mucho tener que hablar tontería y media, pero por algo éstas entradas pequeñas se llaman Escupitajos. Mientras las escribo puede que esté extremadamente cuerda o extremadamente demente, crítica, insana, "depresiva".
Y bien, voy a regresar a mi piano, la noche es joven y tengo que aprovechar mis sábados. Tengo que hacer un poema para el Lunes, puedo elegir lo que sea, pero prefiero un poema para demostrar qué es la palabra para mi.
Amo mis fines de semana y los quiero a todos ustedes que tienen el tiempo (¿De verdad?) para leer éstos frutos de una orate.
Paz a los que cometemos errores y somos felices.
Req.

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