Dile que soy su madre. Arrodíllate un rato y tócalo, a puesto a que puedes escuchar como patea y a lo mejor se te salen unas lágrimas como a mí, me lo imagino tan pequeño, durmiendo, moviéndose en sus sueños de colores, mi pequeño angelito. ¿Crees que me escuche? A veces me paso toda la mañana hablándole, e incluso siento que me contesta golpeándome con sus pies pequeños, pero también guardo mis dudas. Puede que mi voz le moleste, quizás no le dejo dormir como debería y se está quejando, no lo sé, pero es imposible dejarlo por un momento.
Desde que me levanto hasta que me voy a dormir, siento que está ahí, revoloteando como un angelito, a veces me pongo a llorar de la nada, Ludovico, porque me imagino que está ansioso por conocerme, solo unos meses más y se enterará de lo que es la luz, los focos, las almohadas celestes que he preparado y acaricio todos los días en su habitación.
Desde que me levanto hasta que me voy a dormir, siento que está ahí, revoloteando como un angelito, a veces me pongo a llorar de la nada, Ludovico, porque me imagino que está ansioso por conocerme, solo unos meses más y se enterará de lo que es la luz, los focos, las almohadas celestes que he preparado y acaricio todos los días en su habitación.
Su cuna estará al lado de mi cama, no podría dejarlo así de solo tan rápido, creo que me gusta mucho tenerlo aquí adentro. ¿Ya sentiste sus patadas? Debe de estar muy tibio dentro de mi vientre, me da una risa muy tonta porque me muero de ternura por este niño, Ludovico, creo que jamás he amado a otro ser tanto como él. Le pongo música clásica antes de dormir y escuchamos juntos, tirados en la cama, le comienzo a decir "Esa, hijo mío, es la 'Pequeña Serenata Nocturna' y es de Mozart, sé que te gustará, cuando crezcas te enseñaré a tocar algo de él". Le cuento sobre mi infancia, sobre cómo era yo de chiquita y que naturalmente, no me acuerdo cómo se siente flotar en líquidos maternos, no me acuerdo cuando me tocó ser un angelito, pero sí me acuerdo que de pequeña, pensaba mucho en ser mamá.
Ludovico, dile que soy su madre. Tengo que estar segura que lo sabe, dile que lo amo con toda mi alma, dile que le agradezco porque ahora tengo una razón para continuar con vida, y no es otra que su existencia. Mi pequeño angelito, lamento mucho que en el futuro te enteres que mamá ha sido una mujer tan triste en algunas ocasiones, no planeo ocultarte quién fui, jamás te ocultaría nada, pequeño mío. Ludovico ¿Cómo me veo? Párate, tienes tus ojos todos rojos, parece que te ha conmovido verme de esta manera, después de tanto tiempo, quién lo diría, ojalá tengas una familia algún día, no sabes lo hermoso que es, mira, me voy a poner a llorar también. ¿Mi barriga es muy grande? Es un problema eso de los elásticos en los pantalones, de verdad que si. Ojalá ya se haya dado cuenta de quién hoy, Ludovico, ojalá me mire dentro de unos meses y pueda saber que en mi tiene toda la seguridad del mundo.
No es culpa de nadie que su padre haya tenido que irse, se moría de miedo, no sabía que hacer, se le fue el amor, no lo sé, Ludovico, pero ya nada de eso importa, créeme. Quizás jamás seamos un retrato familiar completo, quizás no llegue a conocer la palabra "papá" en mucho tiempo.
Pero ya nada importa.
Nada importará jamás, mientras nos tengamos el uno al otro.
3 comentarios:
¿Estás esperando un bebé?
No, claro que no, es solo que estaba escuchando una pieza muy bonita & me nació este escrito chiquito.
Qué hermoso escrito :)
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