mientras me reía, mientras carcajeaba
las metí en una bolsa de lona, de las antiguas
le eché queroseno encima
Y cogí mis memorias con mucha fuerza,
con mis amigos, con mi familia, mis voces
las envolví con un nudo de regalo
en una colorida caja de cemento
y salté de risa y de llanto
mientras la echaba al mar
Entonces cogí mis memorias con los puños cerrados,
y decidí no apuntarlas en ningún lado
no me tiemblan las manos para hacerlas un puñado
manojo de imágenes, con tactos, con palabras
y opté arrojarlas todas
-mis memorias- hacia el cielo infinito
-mis memorias- hacia el cielo infinito
esperar a que no regresen jamás
Matando memorias,
podré vivir en paz
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