viernes, 29 de mayo de 2009

Sueños Semi-Quebrados

En el jardín de la casa, escondites y tesoros.
Eran momentos donde el sol no se escondía
Y ahí estabas.
Tú... quien soñaba mucho más que todos juntos. Quien quería ser doctor al crecer. A quien le regalé un robot en navidad.
En el jardín de la casa corríamos todos las tardes. Nos revolvíamos en el lodo y el césped.
Hasta que llegabas tú.
... quien nunca podrá correr con nosotros.
Tú, que no sabías lo que es patear una pelota.
Que nos mirabas con tus ojos marrones y brillantes.
Y teníamos que evitar hacer mucho ruido al jugar, porque tú nos escuchabas y eso te hacía daño.
Ahí yo te veía, sentado por la eternidad en esa silla de ruedas metálica, mirando el mundo desde
un lugar que no podías abandonar.
Yo te recuerdo.
Hasta que una tarde de Octubre dejaste aquella silla.
Ahora estabas recostado, con la cabeza descansando en una almohada blanca.
Con un elegante traje negro que solo el tiempo te quitaría.
En una cama sin luz de madera reluciente.
Yo lloraba igual que todos.
Porque en aquella cama, estabas .

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