Ayer por la noche me estaba muriendo de sueño. Pero había algo, como una voz (que en realidad no escuchaba) que no me dejaba dormir.
No importa si miraba hacia la pared o hacia el techo, daba igual, había algo que me hacía observar el lado opuesto.
Me pregunte si fue como la vez en que nos tocamos (te toqué) la mano mientras tu estabas en tu habitación y yo en la mia, separados por mucha distancia.
Nunca te lo he contado, porque evidentemente no puedo.
Una noche en la cual me sentía muy sola, puse mi mano sobre la sábana y de repente me comenzó a quemar. Cerré los ojos e imaginé que estabas del otro lado.
Solo ahí, acostado mirando el techo sin decir ni una palabra.
No se si te ha ocurrido a ti también.
Pero yo te senti.
Yo te siento siempre.
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