sábado, 2 de mayo de 2009

Dimissio Excelsus

Hoy me doy por vencida. Esta noche todo frena abruptamente y deja una huella amarga de neumático en esta estúpida carretera donde conduzco sin rumbo. El mapa dice que siga hacia adelante, yo solo se que faltan 4,569 kilómetros para llegar a mi destino: Tu.
Y es que me doy cuenta que ya no vale la pena. Me estoy matando por algo que ni siquiera tiene lógica. Estás lejos ¿Qué demonios se supone que debo de hacer yo?
Mis lágrimas no te van a traer de vuelta.
Ya quisiera que te ahogaras en ellas y me pidieras que pare.
Todo de ti es mortífero, perfecto, hermoso y letal.
La sonrisa que se quedó grabada, una risa que me causa escalofríos y una fotografía que nadie sabe que tengo.
Quisiera que supieras todo, pero la realidad es que no sabes nada.
Esta noche me olvido de esta historia.
Me olvido de la sonrisa... me olvido tu fotografía en la mesa de un café.
Recuerdo tu mirada y lloro con amargura.
Eso es lo único que no puedo eliminar.
Es solo que... se ha vuelto parte de mi.

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