Dicen que mucho sobre nosotras, las personas que sentimos antipatía y desagrado por San Valentín. El comentario número uno es que nuestro sentimiento negro se basa en que estamos solos y tenemos una ligera, quizás notoria envida hacia todos aquellos que la pasarán al lado de alguien que hará sus vidas felices por un tiempo más.
No, nadie va a negarlo.
Internamente, es una verdad bastante difícil de digerir. Si la vida fuera perfecta, probablemente mañana no encontraríamos a nadie conectado en Internet y todos estaríamos en algún cine, hotel, restaurante, lugar-repleto-de-golosos con alguien a quien consideramos especial. Aquí en mi país, incluso las bancas de los parques ya están separadas. Para mañana, mi primer objetivo, además de pasar un ridículo examen de francés que probablemente me parta la madre, será ignorar la cantidad industrial de parejas que estarán por toda la ciudad.
Y sí, si yo tuviera alguien con quién pasarlo, me uniría al club sin pensarlo dos veces y mañana me iría a cumplir mis labores amorosos, pero no malsanos.
Efectivamente. Mañana, los que la pasaremos como se dice Internet-Coloquialmente, Foreveralone, tendremos que lidiar con la cantidad masiva de saludos que nos harán nuestros compañeros que estén acompañados o no. Es decir "Feliz día de la Amistad", lo cual no está mal, pues efectivamente mañana también reconoceremos a nuestros amigos, pero últimamente hay cierta dosis de sarcasmo en él. Te digo feliz día del amigo porque... porque San Valentín quizás te haga recordar que eres un Foreveralone ¡Foreveralone!
No puedo creer que este término se haya vuelto en el resumen de la vida de una persona. En realidad me hace bastante gracia, pero no es algo del todo cierto. Incluso los que mañana no nos vamos a revolcar en un hotel de mala muerte como prueba de amor a alguien con quien romperemos la próxima semana divertir con nuestra no-existente pareja, tenemos familiares y amigos a nuestro alrededor. Solo que mañana, una gran parte de nosotros deseará estar solo.
Me incluyo. Cada semana quiero alejarme más de las personas. Pero es casual, se me irá la próxima semana cuando me de cuenta que el aislamiento a uno lo vuelve loco (Jaja ¿Más?).
Entonces mañana pasemos un martes 14 de febrero que no tiene nada de especial ni alucinante que los demás martes del año a excepción de los cumpleaños de algunas personas, como de mi querido amigo Julino.
Mañana escuchemos heavy metal y leamos un poco a Stieg Larsson.
Me la suda San Valentín.
Me incluyo. Cada semana quiero alejarme más de las personas. Pero es casual, se me irá la próxima semana cuando me de cuenta que el aislamiento a uno lo vuelve loco (Jaja ¿Más?).
Entonces mañana pasemos un martes 14 de febrero que no tiene nada de especial ni alucinante que los demás martes del año a excepción de los cumpleaños de algunas personas, como de mi querido amigo Julino.
Mañana escuchemos heavy metal y leamos un poco a Stieg Larsson.
Me la suda San Valentín.
2 comentarios:
Vamos, no puede ser tan malo ¿O si?
Ok, no dije nada. Sonríe, es un día como todos.
Dice Rein que el punto de Réquiem es muy válido :) Además de que el Heavy y Larsson son bue a combinación, sí que sí :D
Un saludo cordial de parte del Herr Mexicaner post-san hotelín y que tenga Réquiem tenga un día agradable.
P.d: Probablemente, como dato curioso, hoy se acaben las pastillas del día siguiente allá en la localidad de la señorita Ramos. Sólo un dato curioso xP
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