lunes, 6 de febrero de 2012

Vómito Del Ermitaño

"Me he enfermado de todos ustedes. En realidad no quiero escuchar ni una palabra más, porque ninguna es útil y mucho menos humana. Quiero que absolutamente todos ustedes me dejen en paz y no creo que sea difícil, no ahora. 
Solo aparecen cada vez que deseo estar solo, les encanta torturarme con sus cuidados extremos, sus críticas constructivas y sus nanas mortíferas, sus voces de buenos amigos, sus caricias de dulce mentira.
No quiero ver a nadie, necesito estar a solas por mucho tiempo, quizás por un par de años, algo más para olvidarme. Me preguntan qué deseo ¿Saben qué deseo? Verlos dentro de un tiempo y no recordar cómo se llaman, no reconocer sus caras de historias pasadas, no saber a quién le pertenece tal voz, tal gesto, tal mirada falsa. 
Quiero desaparecerlos de mi vida, los odio, siempre los he odiado y si alguna vez los escuché y les dije que gracias, que me siento mejor fue para que se marcharan y no me dijeran más, para satisfacerlos. Porque si yo me siento mejor, ustedes se sienten mejor, cumplieron sus roles en esta vida, se van al cielo y todo continuará como si nunca nada se hubiera podrido, una historia sin putrefacción, sin llanto, sin pus y sin sangre. 
El sueño de todos ustedes; pero mi estado descompuesto, casi cadavérico sigue avanzando, se come mis tejidos, me muerde el espíritu, me consume hasta el hueso hecho polvo pero todo sigue igual para ustedes, porque de todos modos, se van a ir al cielo, ya conocen la historia, por sus buenas obras, por sus consejos y por ser tan buenos seres humanos.
Me he enfermado de sus existencias, no quiero verlos más, quiero que me dejen morir solo, de la misma manera en como he crecido todo este tiempo. Que se molesten conmigo por ser malagradecido, si así lo consideran, que hagan lo que siempre han querido hacer: aburrirse de mi existencia, de mis problemas, de mis dolencias.
Todos esos momentos en donde quisieron dejarme porque se cansaron de mi, ahora es cuando deben de aflorar como una flor muerta, negra, putrefacta. Dejemos que me coma la descomposición, que me bese la muerte y nunca vernos más, eso es lo que deseamos, tanto yo como ustedes: desaparecer. 
No me busquen, no intenten encontrarme. Ha pasado tanto tiempo, tantas redes de colores que me han tejido, pero en algún momento los insectos se caen, se liberan y las arañas ya no significan más la muerte. 
Gracias por todo y por nada. Me encuentro actualmente como siempre me han visto: 
Muerto" 

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