Hoy día conocí al ángel de la muerte en el autobús regreso a casa. Caminé por media hora buscando una librería que siempre estaba en la esquina, antes de llegar a un gran parque. Llegué hasta otras calles y no recuerdo haberla visto, como si se hubiera levantado y desaparecido en el tiempo. Llamé a mamá para decirle que iba de regreso, que no se preocupara si demoraba en llegar y tomé el autobús más cercano. Cuando nos alejábamos del parque, observé que la librería seguía ahí, en la esquina de siempre. Me acomodé en el asiento al lado de la ventana y cerré los ojos, mirando cómo la lluvia se secaba en los suelos de la ciudad.
No pasaron ni diez minutos cuando un grupo de personas de subieron y apareció una chica quizá de mi edad o menos; usaba unos pantalones oscuros, zapatillas y una blusa azul sin estampados ni adornos. Tenía el rostro acanelado, medio pálido por el cielo nublado y una expresión sin dureza, bastante tranquila. Se sentó a mi lado y cuando poco después sentí un mareo y me tambaleé en mi asiento, me preguntó si me encontraba bien.
Le dije que sí, que solo me había mareado. Me sonrió y comenzamos a hablar.
No vayas a dormirte, te pueden robar. Oh, gracias, no te preocupes, voy a estar bien. ¿Segura?. Solo estoy mareada, es todo.
Saqué mi libro del francés para distraerme y comencé a ojearlo en silencio. A ella le llamó la atención.
¿Estudias francés?. Sí, desde hace un año, casi. Tengo una amiga por ahí ¿Conoces a una tal Carmen? No, no me suena el nombre, lo siento. Está bien, no importa, el francés es un idioma muy bonito ¿Es difícil? No, nada que ver, solo hace falta práctica, digo, algunas cosas son un poco complicadas pero si haces ejercicios y lees puedes hacerlo. ¿Te gusta leer? Me encanta. A mi también, novelas. Somos dos, me gustan de todo tipo, justo fui a buscar unas por el parque pero no las encontré. Puedes regresar mañana. Si, eso haré. ¿Eran de alguien en especial? Una saga. No era Crepúsculo ¿O si? No, nunca, era de otra cosa, algo de drama. ¿Te gusta el drama? Creo que combina con cómo me siento.
Hubo un silencio incómodo y creí que había ahuyentado la conversación con mi usual metida de pata sobre mis problemas. La chica se quedó pensando y cuando la miré sus ojos brillaban, algo como la felicidad y la tristeza. Me volvió a hablar.
¿Te sientes... dramática? Triste, creo. Problemas en casa. No, simplemente me siento vacía es todo. Deberías de hablar con alguien, con tus amigos, por ejemplo. Últimamente todos están igual o peor de locos que yo, todos temperamentales y no me ayudan en absoluto, me hacen sentir peor. La gente te ha traicionado ¿No?
No supe que responder, me encogí los hombros. Ella volvió a hablar.
No debes de alejarlos, porque puede que no regresen. Mejor. Con alguno de ellos sí, pero no es bueno quedarse solo por completo. Siento que debería de alejarme de todos. ¿Solamente porque todos se han puesto en tu contra en las últimas semanas?. ¿Qué has dicho?
Ella negó con la cabeza y me sonrió, como si no hubiera importado más. Comencé a sentir escalofríos y ganas de preguntar muchas cosas más.
Necesitas estar sola por un tiempo, distraerte; pero si no consigues mejorar, vas a irte muy pronto.
Ella se puso de pie y bajó en el paradero más cercano. Me dejó temblando y llena de adrenalina. No supe cómo reaccionar, qué hacer, qué decir, si bajar y hablarle, si simplemente irme a casa. Decidí quedarme y todo el transcurso que seguía, la pasé dormida al lado de la ventana, hasta que desperté por el ruido a unas cuatro cuadras de casa.
Hoy día conocí al Ángel de la muerte.
Vino a decirme que todavía no es la hora.
3 comentarios:
Intenso.
Brutal.
Revelador.
Cuidado.
Puede estar vigilante.
Sí. Estoy segura que lo está.
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