viernes, 17 de febrero de 2012

Cloruro De Sodio

Desde el año pasado, cada vez que tengo una herida o un rasguño, corro a la cocina y me echo sal, a veces pura, a veces mezclada con agua, antes que se diluya. Si existiera un cloruro de sodio para el alma, probablemente me la pasaría sintiendo ardores terribles en mi estructura espiritual todo el tiempo.
¿Se imaginan? Cuando hable con personas que simplemente no debería de escuchar, podría decirles "Un momento por favor" y en el baño más cercano, inyectarme dosis que cicatrizaran agujeros y heridas abiertas que descansen en mi alma. ¿Serían las cosas más fáciles, entonces? 
¿O quizás es mejor que el tiempo pase y aprendamos a sanar solos? Hay una diferencia bastante absurda entre olvidar, perdonar y sanar. Creo en el perdón, pero no creo en el olvido. 
Las personas creen que de verdad el olvido es algo real. No, no lo es, el olvido no existe. Siempre quisiera saber porqué no podemos olvidar esos momentos desagradables así como nos olvidamos de las tonterías que nos enseñan en el colegio o de los teléfonos de nuestros amigos. ¿Se dan cuenta de eso? ¿Mas o menos? 
Sabes que has perdonado cuando hablas de algo desagradable que viviste con una persona y no sientes ninguna clase de sensación terrible; a lo máximo, una pequeña nostalgia de lo inocente y sensible que eras en esos tiempos. Las personas que saben perdonar, han vivido demasiadas cosas. Así dicen, la práctica hace al maestro.
Pero efectivamente si las cosas siempre te han salido bien o tu procuras que te salgan bien y todo sea perfecto porque en algún lado anómalo de tu cerebro crees que te mereces cosas buenas por tus buenas acciones, perdonar será la cosa más difícil del mundo. A lo mejor demoras años, como en las telenovelas y en un momento, en el lecho de muerte de esa persona, lo perdones para darle la entrada al cielo y sentirte mejor persona. Estoy un poco cabreada, me alegra no beber desde hace tiempo, pues me dedicaría a escribir testamentos de todo lo que se me pasa por la mente en vacaciones, tiempo de tedio hasta límites de la muerte.
Sanar, por otro lado es algo bastante complejo, como las orugas que se vuelven mariposas. Lleva tiempo, muchísimo tiempo. Veo el hecho de sanar como algo ajeno al olvido o al perdón, de alguna manera. Sanar es la ausencia de dolor y de marcas, así de simple. Hablo de esto que me pasó, ya no me hace llorar ni gritar ni destrozar cosas, simplemente sucedió y bang, me siento relativamente mejor a comparación cómo era antes.
Solamente puedes decir que has sanado cuando tu "estado de enfermo" fue en serio grave. Sanar por tonterías de tres días o tres semanas es lo mismo que olvidarse del asunto por tener cosas mejores en qué pensar. 
Perdonar es para valientes llenos de cicatrices.
Olvidar es para fuertes de corazón y alma, quizá que llegaron un poco a la insensibilidad.
Y sanar, 
es solamente para los que estuvieron al borde del abismo, y supieron ganarle a la muerte. 

1 comentario:

bowie_hack dijo...

Perdonar es la placidez del alma,te eleva por encima de la mediocridad y te hace casi invencible olvidar es un imposible,simplemente aprendes a vivir con todas tus cicatrices,como si fuesen medallas de cada una de las batallas ganadas o perdidas pero todas vividas.
Un verdadero placer tu espacio tus letras,saludos sin sal,sin heridas