lunes, 19 de diciembre de 2011

Remedios

No desperdicies nunca tus amanecidas silenciosas
con tu suspiro de bandolero incorregible
para que purifiques mi boca con tus gotas invisibles
en tus ilusiones terrenales de amigo pasado


No desperdicies tus besos de papel usado 
con mi hambre de metal sin satisfacer 
porque la búsqueda se pasea en los pasadizos de lo real
y tu, caballero, eres un sueño quebrado 

No desperdicies tus guitarras trasnochadas 
con tu sonrisa torcida de rieles olvidados 
para que dirijas con tus manos el bolero de mi día 
en tus fantasías nocturnas de lo carmín y lo felino 

No desperdicies jamás tus toques reprimidos 
por si encuentras en el camino los agujeros de mi pena
porque busco la laguna de un placer bastante lejano 
y tú, bandolero, eres un orgasmo interrumpido 



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