martes, 27 de diciembre de 2011

Allá

Querida Beatriz:


Te mando saludos desde las afueras de la ciudad. La razón de mi desaparición fue simple: necesitaba aire limpio y alejarme de todos, de mis amigos, del Internet y con todo el dolor de mi corazón, de ti. Es solamente por un tiempo, he viajado con mi familia, pero intento estar solo todo el tiempo. Te gustaría mucho este lugar, Beatriz. Tiene árboles por todos lados, bosques que son como laberintos y si caminas un poco, encuentras el río helado y cristalino que siempre está corriendo. Por la noche suena delicioso, me ayuda a dormir. Por cierto, jamás había  dormido mejor en toda mi vida, parece que el frío de la noche y el aire liviano me sienta de maravilla. 
He traído mis libros favoritos y un cuaderno para escribir si me inspiro. Hasta ahora, después de unos cuentos, te escribo esta carta para que sepas que estoy bien y disculparme, porque no me despedí de  ti y supongo que debí de decirte que iba a retirarme de la rutina por unas semanas. Espero que todo esté bien allá en la ciudad, que te sientas mejor. Recibí tus mensajes de texto hace unas noches, no te respondí porque sentí que debo de tomarme mi aislamiento en serio. Pero no, no estoy molesto contigo. Al contrario, ahora pienso en ti con más frecuencia. 
Anoche soñé que todos desaparecían y que estabas durmiendo a mi lado, porque nos fuimos de vacaciones. Te vestías de un suave blanco y estabas tibia debajo de las sábanas, muy usual de ti, jugabas a despertarme y provocarme para luego esconderte entre las almohadas. Lo peor de esa noche fue el hecho mismo de despertar, me hubiera gustado pasar más horas a tu lado, a ver si por lo menos en sueños, resolvemos este problema que tenemos desde hace años.
Las horas pasan lentas en este sitio, pero no es una tortura. Me encantaría pasar más tiempo aquí, lo único que le falta para que sea perfecto, eres tú.
Saludos a tu madre, que de seguro no me extraña y desea que me pierda para siempre, pero lo comprendo.
No hagas ninguna tontería, pequeña, y recuerda que te recuerdo, piensa que te pienso. 
A veces, antes de dormir, desearía que también soñaras conmigo y te levantaras, así por así, con una considerable y tierna excitación. 


Te quiere, 
L. 

No hay comentarios: