lunes, 12 de diciembre de 2011

Nuevamente, yo

En los siguientes tres Lunes que vienen, tengo que hacerme exámenes de sangre. Una pequeña muestra de mis glóbulos rojos cada día y de ahí todo seguirá en normalidad. He pasado por tantos exámenes de sangre este año que ya casi no tengo ese miedo a las agujas que antes me hacía llorar cada vez que entraba a un laboratorio. Pero oigan, hace un mes conocí al mejor enfermero del mundo. Halagó mi voz gruesa, casi varonil y hablamos un poco de violines y de música.
Deben de preguntarse (mentira, apuesto a que no les importa un carajo) cómo he estado en los últimos tiempos.Déjenme explicar el asunto con simpleza: Me estoy perdiendo en la nada. 
Me duermo en todos lados, todo se me cae y yo me caigo, mi existencia se basa en sueños extraños, surrealistas, excesos de música y pensamientos, pero pocas acciones. Ya no puedo escribir tanto como antes, temo que ni siquiera puedo sentir con la misma facilidad que hace un tiempo.
¿Estaré acaso tan mal? 
Hace exactamente tres minutos solté un par de lágrimas y me siento mejor. No lloraba (si es que dos lágrimas se pueden llamar llanto) desde la primera o segunda semana de Noviembre. Comenzaba a  tener miedo de no volver a hacerlo jamás, todos necesitamos llorar de vez en cuando, una vez escuché en un café a una señora que decía que llorar es la única manera de sanar nuestras heridas. 
Después de hacerme estos exámenes de sangre, espero saber cuál es mi problema. Podría ser cualquier cosa o  podría ser nada de igual manera. Este verano planeo ir a un doctor para que me vea un lunar extraño que tengo  desde pequeña en el hombro izquierdo, tiene forma de continente, algo medio asiático o quizás  australiano, no podría definir. Hace un año mas o menos me salió una mancha extraña en el pecho, lejos del corazón, tirando más a la derecha. Una señora fue a hablarnos de los cigarros, los lunares y el cáncer hace unos días. 
Veré que hacer. Dicen que a las personas como yo (no me pregunten a qué me refiero con eso porque ni yo lo sé con exactitud) les va bien en los años pares. El 2012 se viene con amenazas de fin del mundo, ataques zombies, guerras por el agua y sorpresas por todos lados. ¿Veremos qué sucede?
En términos generales, casi todos estamos sumidos en la tristeza absoluta. 
Moriré en vacaciones de verano.
¿Qué se supone que voy a hacer hasta que inicie la universidad? 
Ah nada, abrazarme a mi soledad. 





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