sábado, 24 de diciembre de 2011

Fiesta de Promoción

Terminó a las cinco de la mañana de hoy. Por Navidad, he pedido que me compren 100 Años de Soledad y que me compren un teclado nuevo porque el actual es una desgracia. No tengo tecla para las mayúsculas y me está fallando la tecla de espacio; caos total. La fiesta fue en el Club Árabe y técnicamente comenzó a la medianoche. Había una variedad sorprendente de vestidos pintorescos, zapatos brillantes y ternos aromáticos. Los rumores sobre la cantidad del trago y la permisividad con respecto a actividades como fumar y beber ilimitadamente. Me senté con mis amigos, tomamos unas bebidas colorinches, dulces y repletas de hielo mientras conversábamos y esperábamos que todo comenzara.
Recibiendo mi orquídea 
En términos generales, se bebió y se bailó hasta que relojes marcaron las cinco y algo de la  mañana. Sirvieron desayuno, pero no comí casi nada porque el pan con jamón y queso tenía mayonesa, cosa que detesto con mi alma. En la  escalera, me senté con algunos amigos y observamos el amanecer. Estaba que me moría de frío, qué bien que Claudio me prestó su saco y luego intenté abrigar a Ana lo mejor que pude. Después de sentir el cielo celeste, caminamos (lo mejor que pudimos) hacia la salida, en donde mi padre me esperaba con una cámara fotográfica, esperando a inmortalizar mi rostro de sobriedad (?).
Nos despedimos y llevé a Ana a casa, nos quedamos dormidas dentro del auto y recuerdo que en la radio pasaban una cumbia antiguísima que nos encanta llamada Ay Cariño y que una vez me hizo llorar mientras la escuchaba en mi Ipod, cruzando la avenida Tacna en un taxi. No me pregunten porqué, simplemente pasó.
Bebí mucho en mi fiesta de promoción, bailé tanto que luego no pude caminar y en realidad  pasé una noche excelente. Me desperté a las 11:15 por lo cual concluyo matemáticamente que solamente dormí cinco horas con algo. 
Mejor cuelgo fotos y dejo de escribir, que mi cerebro se muere y lo único que he hecho hoy día es tocar violín, leer y ver películas de zombies en Cuevana. No tengo vida, gracias, lo sé. 




No hay comentarios: