mientras el tiempo se encogía en una promesa partida
nos olvidamos del verbo y de la teoría
así como el hielo se olvida que es agua
Dejé de amarte como el arabesco que se termina
te olvidé del sueño y de nuestra cama vacía
así como la noche, sobre mi rostro caía
Dejaste de amarme como el beso que se diluye,
en el agua de la pena, en la espuma del capricho
me olvidaste de tu piel intacta y la imagen encendida
así como el fuego se apagaba en la mirada endurecida
Dejamos de amarnos como la luz a las seis,
mientras la flor se moría en una historia marchita
nos olvidamos del sentimiento y de la absoluta nada
así como nuestras promesas creyeron ser promesas
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