sábado, 17 de diciembre de 2011

Ceremonia de la Luz

Ayer terminé el colegio. Tuve todo el tiempo del mundo para comenzar a escribir cómo fue, qué sentimos, qué fue lo pasó pero decidí abstenerme. Ayer me dolían los ojos y un poco la cabeza por haber llorado tanto en el escenario junto con toda mi promoción. Por razones desconocidas, decidí irme temprano y después me enteré que las personas habían salido a almorzar o a pasear.
Es extraño saber que el próximo año no tendré que comprar libros y forrarlos con mi nombre, tampoco preparar mis medias, mi falda y mis mocasines marrones la noche antes del Lunes y saber que las historias entre esos pasadizos viejos que parecen de Hogwarts no van a continuar. ¿Qué será del colegio sin nosotros?
Más terror me da imaginarme la noche antes de mi primer día de universidad, contando las horas, sin poder dormir, mirando hacia el techo y probablemente escuchando Bach, pensando en que todo irá bien. 
Esto es... extraño. 
Todos
Ayer ocurrió lo que fue una Ceremonia de la Luz en donde se presenta un video emotivo de nuestras fotos y mejores momentos, una canción que represente a la promoción y luego algunas palabras de ciertas personas. Todos estamos en el escenario con nuestras velas rojas y salimos por grupos, cuando las personas terminan de hablar prendemos la vela y regresamos a nuestros sitios. 
Ya estaba yo llorando antes de si quiera subir al escenario porque en el video (gracias Gaby) los profesores se despedían de nosotros y la canción que cantó Ross fue excelente. Ya en el escenario las cosas seguían su rumbo normal hasta que los profesores nos cantaron una canción y los pequeños Rojos (en mi colegio cada grado tiene un color) que tienen 5 años menos que nosotros salieron de las puertas traseras cantando a coro. En ese momento recuerdo que no pude más y comencé a llorar libremente. 
El resto del día me despedí de mis amigos, hice que firmaran una blusa del uniforme que llevó mi mamá y ya en casa, más tranquila, me dediqué a relajarme.
El jueves por la noche escribí una carta de cuatro páginas para Ludovico diciendo todo lo que jamás pude explicarle. Si termino mi segundo libro, creo que la publicaré. Fue necesario. El día de ayer se la entregué cuando lo vi, pero no pude despedirme como esperaba. Así es, nunca nos despedimos como debimos. Final incierto ¿No es extraño? 
Pensaré en qué hacer este verano. Tocar con Loli en donde sea, salir con mis amistades, olvidarme de ciertas personas (no me refiero a Ludovico, jamás podría olvidarlo por completo) y simplemente ser feliz, si es que sé lo que es. 
Este episodio emotivo de ayer, interrumpió momentáneamente mi etapa de depresión.
Deséenme suerte. 

Con amor, 

Req. 

1 comentario:

Reinhardt Langerhans dijo...

Muchas felicidades por haber dado el gran paso para tu crecimiento escolar, Réquiem. Universidad... qué elegante y portentoso suena eso, ¿eh? :D
La emotividad del momento seguro fue deliciosa, mujer. Sí que sí, eso siento. Me imagino una ceremonia y así y pienso que seguramente, me veré en las mismas que tú dentro de un semestre n.n

Por cierto, ¡ánimos para la universidad! >:D Que esa impía no es tan brutal como la pintan [jaja, seguro le exageran para que le tengamos algo de pavor y respeto, pfff ¡patrañas! xD]

Un cálido abrazo y que todo vaya excelente en la vuestra vida :3