martes, 29 de noviembre de 2011

Regresos Míos

Dicen que la felicidad nunca cuenta buenas historias. Comienzo a creer que el desdichado que dijo eso, a parte la infelicidad, poseía una gran inteligencia. Las semanas han pasado rápidas, con una lentitud bastante escondida. Hay hambre, desesperación, música, conflictos emociones y a pesar de todo me atrevo a decir que existe la felicidad. ¿Cómo así? No me pregunten. Yo, de entre todos, soy la que menos podría definir la felicidad.
Lo que nunca he probado
El sábado después de una pequeña ceremonia en el colegio fui a beber y desahogar todo mi aburrimiento en líquidos de colores y tragos largos. No mandan a alcohólicos anónimos: Solo soy humana, poeta y demente. Después de decirle a todos los presentes que los amaba, hablar de lingüística, paz mundial e intentar caminar derecho con todo lo que traía encima, regresé a casa a la una de la mañana. No sé en qué momento mis padres dejaron a mis amigas en su casa, solo sé que llegué a casa con mucha hambre y me levanté a las seis de la mañana con ganas de tocar violín.
Oh, problema: Siento que ya les he contado esto. ¿Lo he hecho? No es importante. He regresado ¿No están felices de verme? No, no me respondan, olvídenlo. 
Me he vuelto una persona siniestra que se ríe demasiado y no puede escribir. Anoche terminé un cuento de tres páginas sobre conciertos, aristocracias y teatros; mi cerebro ha perecido, jamás me había tomado tanto tiempo escribir algo que llevo tanto tiempo en la mente. ¿Por qué? Porque estoy feliz y la felicidad no vende buenas historias. Perdonen, sé que suena horrible, pero aquel desdichado que lo dijo, es probable que tenga toda la razón. Erotismos. Solo pienso en mis caprichos, en la música, en la muerte, la vida, mis citas con la psicóloga, el colegio absurdo y terrible que solo tiene de bueno la compañía y mis pequeños amigos que dejaré en algún momento. ¿En algún momento? Dentro de tres semanas,carajos, tres semanas y me largo de este sitio. ¿Eso debería de darme tristeza o felicidad? ¿Placer o dolor? ¿Ganas de irme o de quedarme? ¿Leer o dormir en clases de números? 
Lamento haberme desaparecido por tanto tiempo. Qué terrible me siento. 
Lo siento, de verdad, ahí en el fondo, he extrañado este sitio como tienen la mínima idea. 



Con infinito amor, 
Requiem .


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