domingo, 13 de noviembre de 2011

Cartas a Sarah VI

Querida Sarah:


Escucho otra obra media tropical y tranquila de Ibrahim Ferrer. Hoy día  te mandé mensajes mientras el sol me quemaba los brazos y el rostro. Espero que te haya ido en tu examen. ¿Te acuerdas cuando te dije que acaba de pasar por sorpresas, traiciones y demás? No estaba tan lejos de la realidad cuando pensé que todos nos estamos yendo al carajo. ¿También te estás yendo al carajo, Sarah mía?
¿Te acuerdas de esta foto? Fue hace tanto tiempo... 
No sé si recordarás al hombre de quién me enamoré hace poco y con quién terminé trágicamente (verás que la palabra tragedia me dará mucha risa de ahora en adelante) por cosas del destino.
Es más complicado de lo que crees, es peor de lo que parecía, es más complejo de lo que mi imaginación creó. 
Bailo salsa todos los días, Sarah, cuando nadie me observa y cuando tengo que sanar el alma. Mi papá me presenta chico, me anima, me habla de filosofía y yo bebo con más frecuencia pero es porque se presentan las oportunidades y no porque se me ocurra hacerme tragos en casa. 
No tengo que repetirte que te extraño, pequeña, extraño brutalmente tu presencia por estos lugares. Extraño mucho esas tardes grises de ironías y depresiones, extraño nuestras inútiles búsquedas por alcohol y lacear con mi plancha morada tu pelo tan curioso. 
¿Nos estamos yendo al carajo, Sarita? 
No siento nada y siento todo. Amo, odio, adoro, desprecio. ¿Algún día podremos explicarnos estos cambios, estas tonterías del corazón? 
Te extraño, pequeña, espero que llegue el final de Diciembre para poder contarnos  todo, absolutamente todo. Ni siquiera sé que demonios me espera en las próximas semanas de colegio. 
Buenas noches, Sarita, en donde sea que estés. 
Te quiero, entrañablemente, inmensamente. 


Con amor, 
Req. 

No hay comentarios: