Qué sabrás tú de la vida, en tu poesía tan tímida, qué sabrás de los versos que se ahogan en sentimientos y qué sabrás del vino, de las guitarras y de los paseos nocturnos. Qué sabrás tú de la vida, qué sabré yo de vivirla.
Qué sabrás tú del amor y de los demonios que nacen de su vientre acogedor, qué sabrás de la risa y del llanto de mujer. Por qué comprenderías las sinfonías y los abrazos, qué sabrías de las noches largas, de los poemas cantados, de los balcones y de los domingos cuando está oscuro ¿Recordarás en algún momento esos detalles que ahora detestas? Te ríes, te ríes de las cosas , pero qué sabrás tú de la risa y qué sabré yo de reírla.
Qué sabrás de la luna redonda y de la palidez que te ilumina, qué sabrás de las estrellas que se ocultan en el humo y de los acordes que jamás dibujaron la felicidad en tu corazón de hielo.
Pero qué sabrás tú de los corazones y qué sabré yo de sentirlos.
Qué sabrás tú de la libertad y de la esclavitud si simplemente no opinas nada jamás. Qué sabrás de gritar si solo susurras, qué sabrás de revoluciones si solo te sientas, observas, jamás lloras.
Qué sabrás tú de la vida y qué sabré yo de vivirla.
No sabemos nada, poeta, desconocido de mi memoria.
No sabemos nada.
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