martes, 1 de noviembre de 2011

Despechos

Si tu viera que llorar,
por cada segundo de pecaminoso placer
que cruzó los parajes oscuros de mi vida
me despediría de mis ojos
y me detendría a esperar a la triste ceguera

Si tuviera que extrañar,
a los crueles e ingratos amados
que me obsequiaron tiempos de risa y éxtasis
me ahogaría en la pena más grande
 y me alejaría de la vida, la paz

Si tuviera que callar,
por cada orgasmo dormido y sonrisa real
que iluminaron el triste recorrido de mi juventud
me detendría a morir en la espera silente
y me arrancaría la risa,
me arrancaría el amor

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