domingo, 6 de junio de 2010

Distracciones Nocturnas

El Congreso Eucarístico en el Campo de Marte terminó más tarde de lo que pensé. Las únicas personas que se perdieron y tuvieron que ser buscadas, fueron de nuestro colegio. Con razón todos tenemos notas bajas en eso de "Identificación de tiempo-espacio", nos perdemos hasta en nuestra casa. Llegamos a la parroquia y a las once de la noche me encontré caminando hacia la casa de una amiga donde nos esperaban cómodos sofás, luces y "refrescos". Caminamos como una procesión dos cuadras con pequeñas pausas, los hombres se morían de hambre, las mujeres solo querían descansar porque habíamos estado de pie durante cinco largas horas. Cipriani había dado un discurso realmente simple y agradable. Al concierto asistieron varios artistas y cuando se presentó ADAMO fue un bullicio total. Junto con unos amigos, nos quedamos parados como idiotas preguntándonos porqué la gente se emocionaba por tales cosas. Alguien me comentó "Bien rico se cree ese huevón, solo porque MTV lo sacó ya se cree un papito rico. A la salida lo agarro..."
Me sentí perdida caminando a las once de la noche en plena Bolívar en busca de la reunión amical la cual terminó sin mi presencia, nunca había estado tan tarde en la calle sin compañía de alguien mayor y mucho menos con un frío que me calaba los huesos. "Oye tranquila, cualquier tipo que venga acá a molestar, lo matamos". Inútilmente fuimos a buscar una pizza Raúl de dos soles. Nos dividimos y pronto llegué con un amigo hasta la casa, donde saludamos a la anfitriona, catamos un poco el pisco sour que ella misma había preparado y dimos el visto bueno.
Terminé tomando dos vasos de cerveza, reflexionando sobre mis propios problemas y en lo rarísimo que se veían todos ahí, muertos del cansancio, de la risa, de los mareos, de absolutamente todo. Tomé menos de la mitad de una lata y me detuve porque la cerveza me traía malísimos recuerdos de la noche en que regresé a casa incapaz de hablar bien después de haber celebrado con mi papá su cumpleaños. El ron llegó con los aplausos de todos y las bromas sobre Cipriani y la ausencia de Pedro Suárez en el concierto. A las once y media me retiré, casi me caigo en plena vereda porque el suelo estaba mojado y después de un caldo de gallina en familia, me quedé dormida y soñé.
Anoche llovió de manera especial.
Todo concordaba con mi desenfrenado intento de olvidar mis reflexiones y mis tristezas con distracciones. Le deseé lo mejor a todos y antes de dormir, me ponía a pensar en que son ésta clase de cosas las que los padres suelen ocultarle a sus hijos. Ya nadie dice "Yo tomaba como un condenado". Ayer como nunca, quise mucho a todo el mundo.

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