
- Sabes... yo solo quiero felicidad y tranquilidad.
- Entonces de alguna manera yo te doy ambas.
- ¿Cómo rayos tú podrías darme tranquilidad?
- Durmiendo a tu costado después de darte felicidad.

"El mundo dejó de tener
sentido la mañana en que
Mar despertó con los pies helados en una cama que no
era de ella, envuelta
en sábanas y fragancias que nunca le
pertenecieron"
Ya estaba lista. El auto la esperaba abajo junto con dos pares de piernas desnudas que se movían inquietas en el asiento trasero mientras el chofer ignoraba los comentarios infantiles que las dos señoritas producían. La estaban esperando, Mar estaba lista. Lo mejor de todo era que nunca fue alguien que pudo darse la gran vida, no era millonaria, el auto de abajo no era de ella ni tampoco las cosas que usaba en éstas bellas noches de sábado. A veces se preguntaba si las cosas que hacía de verdad eran de ella. Su mamá tomaba té en la cocina mirando hacia la pantalla del televisor, preguntándose si su hija regresaría temprano algún sábado. ¿Era su culpa? No... claro que no, las chicas necesitan divertirse, eso es todo, estás siendo una buena madre, punto final. Mar miró sus piernas depiladas por última vez en el viejo espejo de su habitación, se echó el pelo alisado hacia atrás y suspiró antes de sonreírle sensualmente a su reflejo y mandarse un beso volado, concluyendo el ritual narcisista en el que participaba todas las bellas noches de sábado. Bajó corriendo, entró al auto saludando a chillidos a las dos jovencitas que la abrazaron, halagaron y luego cerraron la puerta violentamente mientras ordenaban al chofer que arranque de inmediato. Adentro corrieron los chismes y comentarios sobre los invitados de esa noche, Mar asentía y se involucraba en esa vida tan libre que amaba, en esa masa de murmuros, risas y vestidos escarchados que dejaban al descubierto una silueta que se había vuelto llamativa solo por la carencia de telas encima. Mar observaba las luces de la calle y se sentía en otra ciudad, en otro mundo, lejano a esas solitarias tardes en una casa que no tenía nada de elegante. 
rezaba para no ser tan torpe de equivocarme, para poder controlarme y dejar de caminar hacia todos lados. La jovial voz de una señorita me pidió que me calmara, que no movieran al niño y que una ambulancia llegaría de inmediato.
digo saber mucho, pero sí lo suficiente para vivir mi vida en paz, para saber levantarme y ayudar a los demás cuando ellos sean los caídos.
Llegó el fin de mes, ya está llegando. Dentro de poco tiempo Junio va a consumirse y no quedará nada de estos días cargados de ausencias, de sentimientos encontramos, auto-críticas y muchas hojas llenas de poesías buenas, como malas, amadas como detestadas por mí misma. Ya no escucho demasiado a las opiniones ajenas, todos dicen "Está bonito/bacán/genial/putaso" y ya me cansé porque se que no es necesario. Tengo que aprender a decir que no cuando alguien quiere leer más de tres veces al día el cuaderno que llevo al colegio y en donde escribo en hora de clase. Escribía... desde que me lo quitaron tengo horas que no quiero usurpar por nada del mundo. Me creo problemas que no son necesarios."Por culpa de fuerzas desconocidas y superiores, todos o por
lo menos la gran mayoría de nosotros estamos destinados a conocer personas que
nunca van a significar algo más que conocidos que crearon pensamientos
agradables. Yo insisto en que todo tiene una razón sobrenatural, quizás
biológica. De repente el cerebro humano tiene implantando de forma
extremadamente oculta un pedazo consistente de metal con cargas que pueden ser
positivas o negativas.Si un sujeto tiene una carga positiva y conoce a alguien con
la misma, van a tener mucho en común y hablarán tanto que la gente los
confundiría con una pareja. Pero la cruda verdad, es que biológicamente tienden
a repelerse. Como los imanes, positivo con positivo concluye en un alejamiento
impulsivo.
Que yo sepa esto ocurre con la mayor parte de la población.
No sé, seguro hay algunos que nacen con un metal que es tanto positivo como
negativo, y nunca tienen problemas con nadie. Es una realidad triste, nada de
ésto debería de ocurrir ¿Y quienes son entonces las otras personas? ¿Quienes son
los que se quedan con nuestro igual de misma carga? Tampoco lo sé con exactitud.
Lo más probable es que sean los que tienen ambas cargas o esas
personas que "la fuerza superior y desconocida"
(que llamamos popularmente como Dios) mandó
para enseñarnos que no todo es felicidad"Barbara Ramos
( Req )
"No hay nombre común ni usado para la que llamamos demencia. Una dama
espléndida, de esas que los caballeros anhelan para ir a una habitación
adornada, a un alejado de la ciudad, un bonito espacio y el calor dentro de un
auto elegante. Dejémosle a los hombres disfrutar de la demencia.
Pero claro, nunca la llevarían a la ópera porque ella no puede callarse ni
apreciar. Todo es ruido, velocidad, revolcones y cigarros de mala calidad. Esa
señorita siempre huele a perfume con Hamilton, ve a saber tú porqué...
No tiene teléfono, no tiene un lugar fijo. Es casi como una puta capaz de
dar servicio delivery. Pero los caballeros la aman, pese a todo. Y no debe de
sorprender a nadie si las damas la detestan.
Es como la hermosa antipática que todas miran mal en una reunión, la del
vestido traído directamente del extranjero, la del prometido envidiable y el
amante ardiente.
Ni modo, la demencia está presente, es amigable, es aborrecible.
Pero necesaria para el sabro dulzón, picante y lascivo de nuestras
vidas"Req.
P: Yo no te he dicho que todo el mundo es malo.Y: No sé papá... entonces finalmente me la creí.

ancia hasta el frío salón de mi colegio en solo unos instantes. 
pócrates es de verdad inspirador, un médico debe de preocuparse por el paciente, cuidar de nuestras vidas. Salvarlas, cuando ya estamos un poco tarde.La señora H enseñaba literatura en la universidad más prestigiosa de
Alemania. Parecía estar ciega como un topo, pero tenía visión de halcón y oído
de zorra. La mujer era toda una leyenda. Había leído las novelas más
importantes, las nuevas, las antiguas, los libros recién impresos y los que
poseían hongos en sus amarillentas hojas. La señora H había fundado varias
bibliotecas y muchos orfanatos en Berlín, todos poseían una placa de bronce
donde estaba escrito su nombre en letras elegantes y sobresalientes. Era
rarísimo que nadie se las robara aún.
Alemania la amaba. La señora H le pagaba a una joven que la ayudaba en
todo. Le cocinaba y le decía la hora, cuidaba de los cientos dehijos que la
mujer guardaba celosamente en estantes de madera elegantísima. Sí, esos hijos
pequeños polvorientos o relucientes que se habían vuelto la única compañía
que la mujer tenía en éste mundo, de alguna manera.
Cuando la señora H tuvo hijos, uno salió músico y estudió en el
conservatorio, dejando su país atrás para dedicarse a dar conciertos donde
asistía solo la más alta sociedad. Su segundo hijo salió pintor, viajó para
estudiar en La Sorbona e innovó el arte en toda su estructura.
Después del tercer hijo no pudo tener más. No hubo escritores, ni poetas
ni nada delo que siempre soñó.
Su tercer hijo salió hecho matemática pura, cálculo en hueso.
Y la mujer, enfermó de pena.

-Me encantas.
-No. Tú me encantas a mí.
-Te he dicho que me encantas.
-Pero tu me encantas más.
-Entonces nos encantamos.
-Entonces estamos jodidos.

profesor de Física, Melvin Melendez, nos dio el coraje que todos nesecitábamos para poder mejorar. Nosotros, los niños en cuerpos de jóvenes, los de mentalidad inmadura que nunca antes, habíamos conocido el verdadero cariño que un profesor puede tener hacia un alumno. ¿Por qué el profesor de Física? Porque merece todo el respeto del mundo, porque es una persona ideal, alguien que puede cambiar tu vida con medio año de clases y ni siquiera te darás cuenta. Cuando comiences a ver que te estás volviendo mejor persona, sabrás que el profesor Melvin estuvo ahí.