Me llamo Barbara, pero me conocen por Réquiem. De alguna manera, ésto debería de ser como la clásica carta llena de humor negro donde les suelo contar las últimas novedades pero lamentablemente no es el caso. Lo digo porque desde ayer, me he tomado el tema con un poco de seriedad... bueno ¿Quién no lo haría? Fue una maldita intoxicación y si nunca me hubiera levantado de la cama, hoy hubiera amanecido muerta.
Y si no era aquello, probablemente me encontraría en la cama de la clínica con muchos agujeros en los brazos y el organismo corrompido por temblores y demás cosas tan agradables. Ya me comprenden...
Desperté a medianoche con la sensación de adormecimiento en la boca, me toqué y sentí como si tuviera un bulto enorme y caliente en el labio inferior. Me vi en el espejo, con el rostro ligeramente deforme... mi papá que acaba de llegar me observó, despertó a mi mamá y en unos minutos estábamos en camino a la clínica para averiguar cual era el problema. Al mismo tiempo, mi párpado izquierdo comenzó a inflamarse. En el camino pensé que cuando llegaría, me colocarían inyecciones y demás, mi lado más optimista, decía que las pastillas bastarían. Al llegar y ser atentida, recordé esos tiempos en donde iba siempre a Emergencias a altas horas de la noche por problemas de asma.. pero no era el caso. Una inyección de Dexametasona directamente a la vena y para ese momento, yo ya estaba temblando. Tuve un ataque de pánico en donde comenzó el llanto, el temblor de todo el cuerpo, balbuceo y movimientos repetitivos como balancearme de atrás hacia adelante. Cogí la mano de mi papá luego de rogar a los enfermeros que me repitieran mil veces lo que iban a hacer y cerré los ojos mientras hablaba a mi papá y le decía que al crecer escribiría algo que sobreviviría por la eternidad, que un amigo me había pedido que para ese tiempo, podría trabajar como guardaespaldas... quién sabe...
Y el líquido corrió por mis venas.
Y todo lo tóxico, se vio eliminado por aquella Dexametasona.
Hoy no fui al colegio y me apena porque he perdido mis clases de arte, mi adorada clase de Literatura con el hombre más amigable del mundo y lo único positivo es que he escapado de las temibles clases de física y de química. La intoxicación ha desaparecido aunque el ojo aún esté en proceso. Todo está como antes...
Y sin embargo no supero el hecho que ayer, casi muero por tercera vez en mi vida, si es que no me falla la memoria.
Regresé a casa por la madrugada y dormí como nunca, sintiendo el adormecimiento y la piel, caliente, desinflamándose. En el auto me preguntaba si todo era una pesadilla, pero fue más real de lo que parece.
Yo sobreviví.
Y el abrazo de la muerte, fue tan frío... como el beso que me dio hace años.
3 comentarios:
¿De qué intoxicaste si se puede saber? Y perdón por la curiosidad, pero sentí tus palabras tan sobrecogedoras, y tan reales.
Aunque no te la creas...
No he averiguado completamente la razón de mi intoxicación.
Nadie encontró nada, pero al doctor le pareció suficiente curarme y mandarme a casa a dormir.
MMM Sí es difícil creerlo, y sí que debiste pasar un buen susto.
Es gratificante que no te haya pasado nada.
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