martes, 30 de agosto de 2011

Gig

Lárgate. No quiero verte nunca más en mi vida. Así de simple pueden terminar las cosas y creo que sería el final más hermoso del mundo, es decir, de  todos los posibles finales que pueden tener las personas. Un hasta nunca es mejor que un hasta luego porque ese luego puede que no exista y que sea una mentira piadosa, un pedazo inútil de esperanza para que nos sentamos mejor y esas, son tonterías. 
No es lo mismo mirar la lluvia por la ventana de tu habitación que por la vidrio de un auto o verla cara a cara parada a la mitad de una vereda solitaria, newyorkina en una noche invernal y peligrosa. Las mujeres, casi niñas o jóvenes pasamos por el mismo triste círculo cuando nos hacen daño y maldecimos, como demonios encarnados. 
Lo peor de todo, es que la maldición de una mujer herida, se cumple de todas formas.
Escribo en la computadora acompañada de una luz de lámpara, esas antiguas, las de detectives y escucho Pink Floyd, preguntándome por momentos porqué no estoy estudiando unos mapas inútiles que tengo guardados en mi sobre transparente. No sé la respuesta, queridos amigos, y tampoco me importa conseguirla. 
Pero a lo que iba es que esta noche tengo mucho que decir, pero incluso me da miedo escribirlo. Ya no quiero relatar y hablar y plasmar cosas sobre mi corta vida sentimental, porque siento que estoy siendo demasiado débil y que en fin, no sirve de nada. Sospecho que la necesidad de escribir a cierto personaje de mi pasado será más fuerte que la razón en sí.
Solo venía para decir que hacía mucho tiempo no pensaba en él, pero que después de medio año me di cuenta que la vida la paso mejor sin su brazo enlazado al mío. No lo digo con despecho, lo digo con realidad y puedo jurar que estamos igual. No tenemos ya razones profundas para sentir tristeza, no como antes, ya no hay llamadas telefónicas, no hay nada, así de simple y eso, es un peso menos. A pesar de todo esta noche me sonrío porque siento que cada día está más hermoso, aunque ya no siga a mi lado. Siempre fue como un ángel, un ángel muy extraño y nadie jamás comprendió qué de importante le veía yo, pero no tengo que responder a esa provocación. Supongo que cada día se hace más fuerte, que ama más a su ahora enamorada a quien afortunadamente no guardo ninguna clase de rencor infantil, que quiere más a su familia y es más talentoso que nunca.
Me despido de este sitio, espero regresar, pero ya dije lo que tenía que decir, puedo dormir tranquila.
Me parece curioso que mi mamá crea que tengo mejores cosas que hacer que escribir. 

En Cautiverio

Los ingresos a la universidad y el hambre por conocimiento me consumen. Hace mucho tiempo que no vengo por aquí y no crean que se me es indiferente. A mi también me da pena escribir menos, tener menos tiempo de hacer mis poemas, mis cuentos de finales extraños y los famosos "Escupitajos" que siempre me sorprenden cuando los leo después de meses.
He estado brincando de libro en libro, puros ejercicios de razonamiento verbal, tendencias a leer en clase de matemática (aunque insisto en que di bien mi último examen porque entendía el tema) y sueños prometedores. En todo este tiempo que no he entrado, han pasado cosas muy interesantes. Ingresé a la universidad, cambié de violín, me enamoré de nuevo, me desenamoré más rápido que combi ebria, odié a muchas personas y actualmente me encuentro con una preocupante pero placentera adicción a la Obertura 1812 de Tchaikovsky y a las máscaras Fawkes (más conocidas por el grupo Anonymus y su falso ataque a Facebook en Noviembre). 
Lo admito, me enamoré de esta imagen 
Los días transcurren lentos y rápidos, el clima se hace más frío, me congelo todas las noches y cuando duermo me siento como en casa. El colegio se pone sencillo o quizás es mi imaginación porque estoy pasando por días muy felices. Ayer fue mi clase con el profesor E y descubrí que odia a Wagner. Me fue muy bien, alcancé a un tempo de 120 y me sorprende, porque actualmente toco la pieza por la cual detuve mis estudios violinísticos por medio año. Pero hey, he regresado y con mucho poder. Debe de ser porque ya no tengo razones que me desvíen de ir, tocar, disfrutar de mi clase y salir (indirecta, cof, cof).
Poco a poco me voy disfrutando más de mis amistades, he dejado mis momentos de ser una huraña antisocial y a veces me quedo en el patio a charlar y hacer payasadas en vez de ir a la biblioteca. Ese lugar se ha vuelto un refugio y uf, sí que está lleno de memorias curiosas que algún día les contaré, cuando no sea un peligro publicarlas por aquí.
Este fin de semana es mi entrevista y examen para entrar a la PUCP, deséenme toda la suerte y el éxito del mundo, creo que voy a necesitarlo, aunque amé  totalmente las lecturas que me mandaron a estudiar, acabo de terminar de analizar una de ellas y por la noche continuaré. 
Los extraña mucho. No tengo que recordarles lo importante que son para mi todas sus visitas, comentarios, insultos etc; 
Una vez que este lío de la universidad se haya terminado, regresaré triunfal a escribir cosas nuevas a cada hora, promesa de bruja (?). 


Con amor bohemio, 
Requiem


domingo, 28 de agosto de 2011

Cielo

Le picaban las avispas en la nuca,
le besaban las abejas en los labios tersos,
y el veneno corría en campos sanguíneos
ella dormía, plácida, por encima de mi pena

Le arrullan las mariposas en las faringes,
le abrazan raíces el torso tan frágil
y su corazón, se estruja en chillidos infantiles
ella dormía, plácida, por encima de mi pena

Le baña la tierra en mañanas invernales
le seducen los tallos en los muslos descoloridos,
y su órgano se estremece en risas pueriles,
ella dormía, plácida, por encima de mi pena.

El Ingreso

Lamento MUCHÍSIMO haber estado ausente tanto tiempo pero ha llegado el momento de publicarles algo. Compartir mi emoción con ustedes y bueno, más adelante les contaré la historia.



¡YAY! ¡INGRESÉ! 

martes, 23 de agosto de 2011

Elenfati.



Descubrí con Sandra esta imagen en clase y no puedo irme sin antes publicarla y decirles que QUÉ IMAGEN MAS MEMORABLE Y TIERNA.
Me dieron ganas de tener un elefante, es probable que pida uno para navidad (ni siquiera me van a dar uno de peluche, pf)


Mami, no me dejes...


Saludos A Ustedes :)

Espero a que llegue mi turno en clase de Biología. Hoy hablo de lípidos, glúcidos y pajaraitos. ¿Wúju? Esta mañana estaba meditando sobre el destino incierto de mi vida y me acordé de ciertas personas que siempre me dan su apoyo por medio de este blog.
Quisiera agradecer primeramente a Reinhardt, con su blog Un Elogio a la Vida. Quisiera agradecerle por todos los consejos que me ha dado, las palabras de aliento y las risas cibernéticas. Ha sido un placer hablar de nuestros países y compartir partituras de violín. Oye, a lo mejor un día con Frederic, podremos conseguirte un pasaje a Perú para tener una tarde de blogueros y cafè.
También quiero nombrar a la linda Lucía.NO que en las últimas semanas me ha dado muchisísima ayuda. Me sentí muy bien cuando me dio esperanza de superar una tristeza que me atacó hace unos días. De verdad, Lucía, te pasaste. Visiten su blog Cóctel de Pastillas de Colores. Ya estaremos hablando, Lucía, gracias de nuevo.
No me puedo olvidar de nombrar a la increíble Sarah, a quien creo que ya he torturado bastante tiempo intercambiando textos y  frases telefónicas. Ella con su blog 3:45 y Meridiano 180, nunca dejará de sorprenderme.





A mis señoritas lectoras:
Andrea, Eleea, Zheila, Aldana Samora, Diana, Rosie, Samantha, Psique, Notas Rescatadas, Poeta745, Atenea, Naomi, Carito, Juliana-Extraterrestre, Miriam, La Dama Oscura, AndreaBlep, Elizabeth Moreno, Ariana Samanamud, Alenniz, Lauris, Ira, Gabi Calamidad, Kove Zelaya, Chika_Poeta, Elizy Poe, Dafne, Uitsili, Tann, Karen Velasquez, Pink Moon, Otaku_Girl, Madeleine y Camu.Ezo.
A mis queridos señores y muchachos lectores:
Santi, Catevario, James, Diego, Franco, García Francés, Miguel Paredes Haro, Romanc, Antonio M. Jover, Ignacio, Bryan, Hugo Nofx y Fabian Antolir.







PD: Incluyo en esta entrada a los familiares chismosos, lindos profesores y otras personas que me leen y no figuran como Seguidores por falta de tiempo o quien sabe. A ustedes también los quiero demasiado.


domingo, 21 de agosto de 2011

Cholo SOY

"Cholo soy, y no me compadezcas, que esas son monedas que no valen nada y que dan los blancos, como quien da plata. Nosostros los cholos no pedimos nada, pues faltando todo, todo nos alcanza. ¡Déjame en la puna! Vivir a mis ancha, strepar por los cerros detrás de mis cabras, arando la tierra, tejiendo los ponchos, pastando mis llamas. Y echar los vientos, la voz de mi quena...
 Dices que soy triste ¿Qué quieres que haga? ¿No dicen ustedes que el cholo es sin alma? ¿Y que es como piedra, sin voz, sin palabra? Y llora por dentro, sin mostrar las lágrimas. 
¿Acaso no fueron los blancos, venidos de España que nos dieron muerte por oro y por plata? ¿No hubo un tal Pizarro que mató a Atahualpa tras muchas promesas bonitas y falsas? 
Entonces qué quieres. ¿Qué quieres que haga? ¿Que me ponga alegre, como día de fiesta? Mientras mis hermanos doblan la espalda por cuatro centavos que el patrón les paga, quieres que me ría, mientras mis hermanos son bestias de carga, llevando riquezas que otros se guardan.
Quieres que la risa me ensanche la cara, mientras mis hermanos viven en las montañas como topos, escarba y escarba mientras se enriquecen los que no trabajan. 
Quieres que me alegre, mientras mis hermanas van a casas de ricas a trabajar lo mismo que esclavas. 
¡Cholo soy! Y no me compadezcas... 
¡Déjame vivir a mis anchas! Trepar por los cerros, detrás de mis cabras, arando la tierra, tejiendo los ponchos, pastando mis llamas y echar a los vientos la voz de mi quena... 
Déjame tranquilo, que aquí la montaña me ofrece sus piedras, acaso más blancas que esas condolencias, que tú me regalas"



"Cholo Soy"
Luis Abanto Morales

sábado, 20 de agosto de 2011

Laurence

Si bien es cierto que nunca fuimos una pareja normal, nuestro final fue igual de mediocre que la mayoría de las historias adolescentes. Nuestra anormalidad como enamorados, fue el hecho que jamás peleamos, no tuvimos escenas de celos ni tampoco discusiones pequeñas por teléfono. Es más, me atrevo a decir que la única violencia que teníamos era cuando me agarrabas de las muñecas en el cine y cuando habían mordidas entre besos de niveles vampíricos. No conté la historia entera en este blog porque no tenía las palabras para hacerlo, estaba muy ocupada pensando en cuando nos veríamos de nuevo a escondidas y qué perfume usaría para que me olieras el cuello y adivinaras si era manzana, pera o champaña de fresas. La última opción era tu favorita, te cuento que ya no uso ese perfume nunca más. 
Aunque sé que en tu casa aprobaban todo este asunto (nunca me aseguré de tu hermana porque una vez la encontré mirándome con mucha duda) en la mía nadie se enteró oficialmente del asunto hasta que viniste a decirme que ya no me amabas como antes y te fuiste después. Entonces esa tarde de Febrero mi mamá se enteró de 'lo nuestro' y no tengo que explicarte que cree que eres un imbécil y todos los adjetivos bonitos que las madres saben usar. Mi papá pudo haber sospechado mucho, pero no indagó el asunto, me dijo que me dejara de huevadas y fuera feliz. Creo que fue el consejo más directo que recibí.  Los meses (ya no me acuerdo cuántos) que siguieron a ese fatídico día en donde lloré en tu delante, te vi partir, me encerré en el baño y lloré en el piso hasta el dolor, fueron de simple ausencia.  Pasé el tiempo de ausencia, comencé a insultarte en todas las situaciones posibles, no lo niego, era parte de la actitud despechada y horrenda que tienen todas las mujeres después del primer enamorado.
Pondría muchas más cosas en esta entrada, pero tengo sueño y estoy de buen humor. Confesiones chiquitas que quisiera hacer porque me hacen mucha gracia es que siempre adoré tus dientes blancos perfectos que se chocaban con los míos en la oscuridad del cine porque no sabíamos besar. Me encantaba tu olor porque era varonil hasta decir basta y cuando lo mezclabas con tus colonias era excitante hasta niveles que ni te imaginas. Me encantaban tus brazos porque tu músculo superior se contraía cuando tocabas violín. Me gustaba esa marca que tenías por el cuello, me parecía curiosa y tus orejas eran alucinantemente hermosas, me gustaba morderlas también. Listo, he terminado. Los detalles inocentes y paganos de lo que te gustaba de mi y lo que nos gustaba de lo nuestro ya son una historia que no puede ser contada, a menos que me lo pida alguien con mucha curiosidad.
Laurence, hombre de quien me enamoré con locura, inocencia y lujuria. 
Espero nunca más volvernos a encontrar y así cumplir con tu último deseo: Olvidarnos mutuamente de nuestra existencia y seguir adelante.
Te confieso que nunca creí en la última cabronada que me dijiste para hacerme sentir mejor. 


Un beso, 
Bárbara. 

Viaje De Luces Blancas

Sentada en el suelo y leyendo Jane Eyre de Charlotte Brontë, me choqué la cabeza contra el librero de atrás y digamos que me dolió, pero no lo suficiente para alarmarme. Anoche me quedé hasta una hora prudente de la madrugada bailando e intercambiando frases triviales con los invitados, charlando con unos amigos también. Comí un pollo a la brasa con mis padres a esa hora y de ahí me fui a dormir, con los pies palpitando de la agotadora felicidad del baile.
A la mañana siguiente estaba estudiando francés, sentada en las butacas negras de la Alianza y con ganas más de dormir que de repasar mi incierto futuro para decirlo cuando me llame la madame Soto. Pido un desayuno en el recreo, un mixto con papas fritas que puede matarme pero es inevitable.La joven que atiende me saluda, me dice que ha llegado tarde y que todo se le ha juntado y yo solo le respondo con una sonrisa y un comentario amigable. Me cae muy bien a pesar de no cruzarme más que cinco palabras todos los sábados. Su cabello es muy suave y su labio inferior me da curiosidad. 
Y entonces, en las últimas horas de la clase nos fuimos a leer a la biblioteca como de costumbre y a la mitad de una escena serena pero desgarradora, mi cabeza se chocó contra el librero de atrás, zona de nouvelles, supongo. No hice caso, lo que no duele pasa desapercibido.
A la hora de la salida tomé un taxi con mi mamá y antes de darme cuenta, me había quedado dormida en el asiento del taxi, con la cabeza colgando hacia un lado y Damien Rice en los audífonos.
Puedo jurarles que en ese corto tramo de Miraflores a Jesús María en donde me mantuve entre los sueños y la realidad, sentí lo que podría experimentarse en el viaje hacia el Cielo. No me refiero a la muerte en sí, si no al Cielo en sí. De vez en cuando abría mis ojos y eran luces blancas del cielo limeño e invernal, algunos árboles y la vibración del taxi que solo me adormecía más. Sentí una paz hermosa y quizás sonreí mientras el camino seguía. Con mis párpados cerrados, mi cuerpo se iba desvaneciendo y yo flotaba en aguas blancas, todo estaba rodeado no por oscuridad, si no por la más blanca de las luces tenues. 
Se rompió el encantamiento cuando mi mamá me movió y me dijo que ya estábamos en casa. Ya en casa, no pude soportar aquel sueño tan extraño y me quedé dormida en el sofá hasta que un amigo que se encontraba muy triste me llamó por teléfono y colgó poco después, dejándome un horrible presentimiento.
Han pasado varias horas, pero yo solo quisiera vivir aquel viaje de luces blancas que pasé en el taxi una vez más.
Fui completamente feliz, después de mucho tiempo. 




B. 

jueves, 18 de agosto de 2011

Tom

Es inútil alegrarme porque te saludé esta tarde. Es inútil reírme de tus bromas y enredar nuestros pies mientras mi papá está distraído. No debo de aceptar que me guiñes el ojo mientras tomas café ni debo de estar triste cuando nos cansamos y tenemos que regresar a la vida normal.
Es inútil cuando me dices que algún día, algún maldito día todo va a suceder y seremos felices, escuchando instrumentalismos en tu cama, debajo de los posters de grupos de rock.
Querido Thomas, Tom, Tommy de mi vida, lo único que he obtenido de tu amistad, si es que alguna vez fuimos amigos y nada más, ha sido que ya no puedo amar a nadie.
Te lo agradezco.
 Si algún día llegamos a estar juntos, ten por seguro que serás la ironía de mi vida y juntos, los dos, el sarcasmo del romance universal. 

martes, 16 de agosto de 2011

Depresiones & Agujeros I

Después de haber abrazado a Ana Lucía en el paradero y empapar su hombro de gruesas lágrimas pasadas de sal, yo me agarraba a las barandas superiores del bus camino a casa. Hacía frío, pero yo tenía el rostro caliente por el llanto que aún me palpitaba y bueno, resbalaba por mis mejillas, siendo interrumpido por la feroz manga del suéter escolar. No quería que las dos personas dentro del autobús (sin contar a Ana) me vieran llorar, solo por el hecho que las conocía, pero ninguna tenía el derecho de observarme en plena desgracia. Bajé una cuadra antes de mi destino y caminé con la mochila al hombro. Casi no me despido de nadie, pero Ana me dijo un hasta luego a lo lejos y yo respondí, girando el rostro y temo que ahí sí fueron notorios los irritados rasgos de alguien que está llorando. 
Crucé la pista. El autobús desapareció y ya en la tienda del frente de mi casa pedí una Coca Cola helada que tragué con dolor y prisa, pensando que quizás me ayudaría a bajar el llanto, relajar los ojos y que nadie notara en casa que desde hacía  tres horas, me estaba matando la tristeza más profunda del mundo. No le dije nada a nadie, y si lo hice, no pareció importante porque no escuché ninguna clase de palabra sanadora. Eso fue hasta que recibí el saludable abrazo de Ana y sentí que me rompía en pedazos, pero ya ha pasado.
En mi habitación me desahogué  con mi violín Vladimir y sin embargo, también me sentí amarga porque hasta a él le he fallado horriblemente. Terminé de tocar la melodía más triste que haya podido componer en mi inexperto andar por la música y almorcé, todo frío, todo horrendo. Mi inocente mamá preguntó si había llorado, le dije que me había entrado jabón en el ojo y eso era todo. No quería preocupar a nadie y llorar en casa en compañía de papá o mamá nunca ha sido saludable, ni tampoco ha ayudado en nada.
Poco a poco se me pasa el ardor de los ojos. Ya no estoy llorando pero siento que el agujero silencioso que tengo dentro va a quedarse un poco más. Ayer, yo tenía otra idea de mi y ahora temo que me he quedado sin esperanza alguna. 
Mis resultados médicos me dijeron que no tengo ninguna clase de enfermedad. Me sentí alegrada por la noticia, pero no ha sido suficiente, aunque doy gracias por estar sana. 
Me siento más triste que nunca y esta vez el problema no es nadie, salvo yo. Me he hartado de mi, de todo lo que hago, de lo que he hecho y de lo que haré, si es que llego a algún lado. Hoy me propuse dejar de ser buena con todos, para qué ayudo a los demás si no recibo al final nada más que indiferencia y solamente quisiera matarlos a  todos por ser tan horribles, inhumanos, traidores. 
Tengo tarea que hacer. 
No podía continuar sin antes escribir que me estoy muriendo. 



Req. 

lunes, 15 de agosto de 2011

32

Le dedico esta entrada a mis padres quienes se conocieron un día como hoy hace 32 años. Fuimos a cenar, a tomar una sangría y disfrutar de la tibieza de un restaurante Miraflorino mientras afuera llovía (y aún llueve) copiosamente, clásico del invierno de Lima.
Mañana tengo un examen de historia lleno de mapas. No sé que haré.
Espero no llevar al colegio los efectos del buen vino.




Con amor, 
Req. 


PD: Luego cuelgo fotografías del momento emotivo.

El Jolgorio

Racimo fotográfico de la reunión del sábado en casa de Lemke. De nuevo: ¡Felicitaciones por el ingreso a la UPC muchachos!

Con Ana Lucía antes de salir 
En plena sorpresa 

Gabriela, Ana lucía, Alejandra & Yo 


Observando la manifestación amorosa de Alison y Renato

Escupitajo # 25

Me encuentro en clase de Biología con Sandra.
Mañana hablamos sobre los nutrientes para los animales ¡Yay!¿Yay?
Hoy saqué Jane Eyre de Carlota Brontë.
Deséenme suerte, juas.


Con cariño,
Req.

Helena

Helena. Ella, que representaba el almíbar y el sinsabor de mi vida, murió hace un par de días. Mucho más que el hecho que está muerta y yo vivo aún, de saber que en un tiempo solo será tierra y yo aún respire, la desolación viene de saber que estamos solos. Helena caminando, vestida de negro y pintada como una muñeca de porcelana por los pasadizos del infierno, buscando mi mano con sus ojos muertos y ciegos, con su voz como un jilguero atrapado en su tierna garganta y me muero (e irónicamente sigo vivo) de tan solo imaginarme a mi Helena perdida, sola.
Me mantengo ebrio de tristeza y de líquidos ardientes desde el día de su partida, no puedo hacer otra cosa. Le repetí muchas veces que su partida significaría mi fin y fue más que un comentario; fue una promesa, un juramento sobre su cama que era casi un sepulcro. Fui yo quien subió a la palestra frente al altar para decir unas palabras durante la misa. No rezábamos ni rogábamos por el alma de Helena, porque ella era un ángel y desde siempre tuvo un pase libre al cielo y si se fue al infierno, fue por acompañarme siempre. Yo no creo en Dios, ni en el diablo ni en las figuras antropomorfas de la India. Yo solo creo en Helena, a pesar que esté muerta, creo en sus pasos, caricias y mejillas sin vida. No tengo motivos para continuar en este mundo y sin embargo no pasa nada. Espero todo el día a que algo sucede. El viento contra las ventanas, los vidrios empañados y las cartas de pésames acumulándose debajo de la puerta. Estoy hastiado de todos. Y aunque veo a Helena acariciando la cabeza de los niños en el parque y sonriendo en las fotografías del zoológico, regalando chocolates a sus hermanas en navidad y orando, silenciosa, por las noches, yo sé que no está ahí. Es una imagen, una ráfaga, es una memoria que toca y besa y acaricia y que abraza fuerte, hasta la más amorosa asfixia. Ya nada importa. Ya nada tiene el más mínimo sentido.

domingo, 14 de agosto de 2011

Post Jolgorio

Después de más de diez horas de haber terminado todo, poco a poco mi organismo comienza a pagar las cuentas de lo que ha sido una buena noche. Charlas nocturnas, música y con unos tragos celebramos el ingreso de unos amigos a la universidad. Llegué con Ana Lucía y el resto es una alegre historia. Entre vasos y manteles cuadriculados se escucharon muchas confesiones al igual que brindis felices y "la vida es bella" toda la noche. Conocí al enamorado de Ali, hasta ayer yo no sabía quién rayos era. 
Ha sido una noche excelente. Recién ahora me molesta un poco la vista y me he quedado dormida en el auto mientras mis padres compraban detergente en unas tiendas cerca al Estadio Nacional.
En el proceso de adormecimiento, se me acabó la batería del Ipod y tuve que interrumpir a Bonobo abruptamente. 
Mañana al colegio de nuevo, no puedo esperar (?). 
Saludos a todos. Cuando los inviten a algún lado, cuando se les presente la oportunidad de divertirse, simplemente háganlo. Estamos (si es que lo son) muy jóvenes para pasarnos el tiempo meditando sobre penas propias y ajenas.
Destruyan lo que los destruye.


Con amor, 
Req. 


PD: 

sábado, 13 de agosto de 2011

Pre Jolgorio

Hoy es sábado por la noche. Hacía mucho tiempo que no me daba cuenta que los sábados por la noche son momentos en donde casi nadie se mantiene en casa. Parece de verdad que fuera últimamente un pecado estar por ahí, leyendo, viendo tu muro en Facebook y en el peor de los casos, durmiendo, un sábado por la noche. 
Es por eso que hoy uno mis fuerzas con mi querida amiga Ana Lucía y nos retiramos al paraíso por unas cuantas horas. Con suerte, podrá quedarse a dormir en casa. 
¡Fiesta! Qué felicidad regresar a esos tiempos. Celebremos el ingreso a la universidad de Allison, Álvaro, Abigail y María Fernanda. Es increíble que ya estemos tan grandes, tan viejo y qué bonito es saber que ya hayan personas marcando sus futuros. Me acuerdo que hace unos días me comí a abrazos a dos amigas cuando me enteré que 'estaban oficialmente dentro'. 
No tengo mucho que decir, ni tampoco que agregar. Solamente espero pasar una buena noche y que no me ataque el Síndrome del Sueño Temprano, efecto secundario de haber equilibrado de nuevo mis horas de descanso por culpa del colegio.
Buenísimas noticias respecto a eso, mis puestos me agradan bastante y pues  todos en casa estamos satisfecho con cómo me va. Incluyéndome, claro está. 
De verdad que me agrada que todo esté marchando tan perfectamente, es como si me tocaran por fin mis meses de descanso emocional, físico y espiritual después de haber pasado el verano más revoltoso de mi vida y de esos días de amargo pasar que felizmente, ya han terminado.
¿Les conté que regresé a mis clases de violín? ¡Me doy la bienvenida a los buenos tiempos con el profesor E! También me alegré por aquello, extrañaba el salón, con los atriles y los estuches y el Profesor E, el cariñosamente apodado Señor del Mal, con su batuta (lápiz cof cof) dirigiendo el ritmo de las melodías rusas. ¡Por fin alguien que me ayude con Horacio! Mi otro violín anda desafinado desde que lo compré, espero que ahora sí funcione. 
Iré a alistarme y a descansar la vista que la tengo matada por esta luz blanca de la pantalla y quizás un efecto secundario de estar escuchando a Gorillaz y Bonobo todo el tiempo. ¡Suerte, amigos míos! Destruyan lo que los destruye. 
No se droguen y por favor, sean extremadamente felices.


Con amor, 
Req. 


martes, 9 de agosto de 2011

Tiempos De Crisis

Sospecho que sufro de una enfermedad. He estado pensando en eso hoy día y (aunque sé que no se debe de hacer) busqué los síntomas en Google y bueno, tengo varias posibles cosas que mi organismo podría estar sufriendo. Sé que está mal pensar en lo peor, pero no puedo evitarlo, ya me declararon paranoide en un examen hace tiempo y bueno, qué voy a hacer, mamá naturaleza-natural-bornthisway me está matando poco a poco. 
Hago todo lo posible para mejorar. Voy desde ingerir mucha agua hasta otras medidas que felizmente, no llegan a la automedicación. Oh, por el momento. Estoy teniendo este problema desde hace unas semanas, aunque aún no corre por todo mi cuerpo el malestar es maligno, me hace pensar en muchas cosas de energías negativas y aunque finjo muy bien que me dan miedo los médicos y el hecho de ir a explicarle mis problemas a un hombre/mujer extraño, no puedo evitar preocuparme bastante.
Yo y Vladimir intentando divertirnos en vacaciones
Mi mamá no lo sabe, creo que se lo diré mañana en el desayuno. Estoy en problemas. Hoy he pensando mucho (no se asusten, siempre me pasa) en la muerte. Y en lo horrible claro, que sería que este problema fuera terminal y que me digan que la solución es casi imposible. Me pasa lo mismo con casi todo, si subo a un taxi creo que es un psicópata, si subo a un avión podría jurar que hay un terrorista adentro, si camino por una calle siempre pienso que alguien me está observando, silencioso, en la oscuridad.
Paranoias mías, pasa todo el tiempo, pero espero poder dormir hoy día. Solamente le he dicho a Frederic cual es el problema específico e insiste en que vaya al doctor de todas maneras. Evidentemente, me muero por entrar a un consultorio y que me digan que todo va a estar bien, que no voy a morir, que voy a tener una carrera e hijos y una casa decenta cuando crezca, toda una vida por delante, por favor doc, no me mire con un rostro amargo o lloraré en su consultorio. 
Deséenme suerte, amigos míos. Me muero de miedo, aunque parezca que me lo estoy tomando muy bien (¿En serio?) y con mucha (?) tranquilidad. Manden a la puerta de mi alma toda su energía positiva, cada vez que he tenido una crisis creo que las guiñadas de ojo de mis lectores me ayudan mucho. Les debo demasiado, este lugar no sería nada sin ustedes, ya se los he dicho millones de veces. 
Espero no tener nada grave, prometo solemnemente ir a ver a un doctor antes del día Lunes, lo prometo. 
Tengo 16 años, a unos meses de los 17, soy demasiado, muy pero muy joven para tener algo mortífero y grave. O por lo menos, eso es lo que yo pienso y espero. 


Con amor,
Req. 

Cuando estaba Johny...

"Yo y Johny eramos iguales. Casi iguales. Nacimos en el mismo día en el mismo año y en el mismo hospital. Su madre, Teresa, estaba acostada y agobiada por los dolores del parto al lado de la mía. Se hicieron amigas después de dar a luz, la incubadora donde descansaba el semi desnudo y pequeño Johny estaba a tres pasos de la mía y estoy seguro que dormíamos mirándonos a través de lo transparente.
Teresa y mi madre, Helena, salieron del hospital el mismo día, se dieron sus teléfonos y prometieron reunirse algún día a tomar un café, a comprar cochecitos, a hablar mientras nos daban de lactar. Yo vivía a diez cuadras de la casa de Johny, mi casa era crema y la suya era roja, yo no tenía un jardín, pero él sí. 
Johny creció como un niño solitario y a mi me pasó lo mismo. Siempre leíamos en vez de jugar, mirábamos a los pájaros volar en vez de una pantalla de televisión, contábamos los cables de luz que cortaban el cielo en los paseos en auto y derramábamos la leche en el desayuno, siempre fuimos algo torpes. Estudiamos en distintos colegios, pero comenzamos el mismo día. Me gustaría decir que pasó lo mismo con la graduación.
Johny tenía una visión normal, yo era miope. Él era pálido, color morgue, yo me ponía pálida en las mañanas, y cuando me daba miedo, cuando estaba enferma y con las luces de las cámaras fotográficas. 
Yo vestía de negro, Johny también gozaba del luto diario. A mi se me murió un abuelo, a él le ocurrió lo mismo con su abuela. Yo tenía un gato llamado César y Johny otro llamado Brutus. Jamás me enteré si alguna vez nos pusimos de acuerdo o fue una simple coincidencia.
Johny lloraba pocas veces y yo siempre he sido una tormenta. Éramos pacíficos y conflictivos cuando era necesario, yo era la que gritaba, Johny era el que me ponía una mano en el hombro e intentaba calmarme, incluso cuando él también se sentía cabreado. 
Éramos buenos en letras, éramos malos en pasar desapercibidos y terriblemente desgraciados en el amor. Los dos vivíamos heridos por experiencias negras, romances pesados que nos marcaron y quizás nos volvieron un poco insensibles, un poco tontos, más locos. 
Me di cuenta que yo y Johny ya no eramos iguales cuando tres meses antes de terminar el último año escolar, me dijo que tenía suficiente. Entonces nos volvimos casi iguales. Yo quería vivir, Johny comenzó a ansiar la muerte poco a poco.
Tres semanas antes de Navidad se suicidó.
Y aveces yo pienso, que debí de pasar más tiempo a su lado"



B. 

viernes, 5 de agosto de 2011

Había Una Vez Una Princesa

Atención, amantes del erotismo. Johana Lindsey nos regala esta vez un viaje por la mágica Europa, siguiendo una historia de romance, sorpresa y elegancia. La novela "Había una vez una princesa" es exactamente lo que los fanáticos de las novelas románticas con toques eróticos han estado buscando todo este tiempo.
En un mágico país durante el año 1835, el monarca  de la familia de los Stamboloff, Sandor, ruega a su hijo que vaya a buscar a la última descendiente del linaje de los  Jackeck y que se case con ella, cumpliendo con una planificación de siglos y el último deseo del viejo. Es así como el príncipe Stefan, atractivo, fuerte y de un carácter irreparable, va a América en busca de su ahora prometida, acompañado por tres fieles amigos. La princesa Tatiana Janeck es indiferente a su linaje real y trabaja en la taberna de un viejo ruin de malos tratos. Tomada como una prostituta, ahora Stefan debe llevarla a Europa a que cumpla su papel de princesa y próxima esposa suya, pero muchas cosas pasarán en el viaje, dándole a la historia toques de aventura y adrenalina.
¿Qué les puedo decir? Esta novela me captó a la primera. Intenté leerla a los ocho pero la dejé, ya no recuerdo porqué. Ahora que he crecido (en especial hormonalmente, uf) me he dado que esta novela es una obra de arte. La descripción de los personajes es impresionante, cada uno es especial e irremplazable y lo mismo ocurre con los ambientes por los cuales ellos cruzan, desde América, hasta la majestuosa Europa.
La narrativa es muy buena, fluida, en cada capítulo hay frases mucho más ingeniosas y el vocabulario es sencillo pero voraz.
Esta historia está llena de erotismo, desde los primeros capítulos hasta las últimas frases. Los encuentros sexuales (culminados o interrumpidos) de Tatiana y Stefan los dejará sin aliento, se los aseguro y en especial porque ambos son personajes llenos de energía, de furia y de mucho color. Encontramos el toque sensual incluso en la descripción física de cada uno y en cada frase que cruzan a lo largo de la historia. Espléndido.
Recomiendo esta fantástica obra de  Johana Lindsey en especial a la gente joven, creo que puede ser muy desahogante y estimulará su imaginación (ya me entienden), en especial a aquellas personas amantes de las relaciones "amor-odio-amor" y de los detalles escabrosos y románticos.
No es muy larga, yo la disfruté muchísimo. Si deciden leerla, es probable que no la olviden jamás y que pasen una buena semana al lado de esta novela para locos enamorados y viajeros sedentarios.

Antes Del Terminar/Continuar

Y acá me tienen, escuchando al maestro de Charly Gracia (por más demente que esté) y buscando en mis recetas la crema pastelera. Gracias Samantha, porque si hoy tengo tiempo haré un postre brutal, necesito distraerme con alguna actividad pacífica como la repostería.
¡Já! Terminé de leer "El Resplandor" de Stephen King, la traducción dejó mucho que desear, pero he disfrutado mucho de esos seis días de interminable lectura por las noches antes de dormir y en el micro y en el almuerzo, el desayuno, el taxi, el paradero y todos los demás lugares en donde suelo leer. 
Ahora he comenzado con "El Violinista de Praga" y hasta donde he llegado, está excelente. Violinistas asesinos, ciudades europeas, Mozart en concierto y muchas putas ¿Podría ser mejor? Me voy a divertir mucho, espero terminarlo como debe de ser y de ahí, a buscar más libros gordos deliciosos y sensuales. 
Se van a terminar mis vacaciones, amigos míos, pero no me quejo en lo absoluto. He aprendido mucho en este tiempo que llevo sin hacer nada, y una de esas cosas es que no puedo vivir sin el estudio.
Así es, LO ADMITO y lamento mucho que mis amigos vagos se enteren de aquello y se horroricen pero definitivamente no puedo vivir sin estudiar algo, sin aprender, sin leer ¿Pueden creer que incluso extraño las desagradables clases de matemática? 
Continuaré más tarde de contarles mis aventuras de vacaciones. 
Tengo que irme a Centro de Lima a culminar unos negocios, ya me entienden.




Besos,
Req. 

martes, 2 de agosto de 2011

Vientos Dementes

Estoy de vacaciones, por el momento. Así es, amigos míos, esta semana se termina y tendré que regresar al colegio a mis deberes y todo el asunto bonito de ser estudiante. 
Gracias al cielo que regreso al colegio, me estoy volviendo loca al no tener nada que hacer. La desesperación es tanta que estoy leyendo en mi cuarto varias horas sin moverme, como chocolate a escondidas, toco violín en la madrugada e investigo de las películas mas horrorosas del mundo. Digo investigo, porque a mi me da miedo hasta  el especial de Halloween de Winnie Pooh y no sería capaz de ver ninguna. 
En estas vacaciones me he comprado los suficientes libros como para no quejarme hasta los 18, suelo estar de muy buen humor y a veces me dan ataques de paranoia ¿Por qué? Ya deberían de leer El Resplandor de Stephen King a ver cómo les va. Es el primer libro que me ha dado tanto miedo, dicen que hay una película, pero primero las páginas y luego las pantallas ¿No? Jája.
Hay fiesta el viernes. ¡Yay! Es una buena oportunidad para reencontrarnos después de estas dos semanas en donde no he visto a casi nadie del colegio. Salí con unos amigos a la Feria del Libro la semana pasada, regresé ayer y compré libros con el efecto de la sangría del almuerzo en la sangre. No saben qué divertido fue, aunque me dio sueño muy rápido y estuve buscando inútilmente un lugar en donde apoyarme para no morir.
Felizmente, el espíritu benigno de los lectores desesperados y hambrientos me atacó y fui muy feliz, con mis cientos de bolsas en cada mano. 
¿Les conté que encontré la novela del Exorcista? Está bien, gracias Frederic, porque él la encontró primero y luego me la dio en un arranque de admirable bondad. Gracias, gracias, te lo pagaré algún día (la verdad no, pero suena bonito cuando lo digo, já, tú me entiendes). 
Me arden los ojos, me muero de frío y ayer me quedé hasta la una de la madrugada escuchando boleros despechados con mi papá. Soñé con mi ex después de ya casi dos meses, pero fue un sueño increíblemente positivo, já yo creo que a Freud le encantaría venir a tomar el café y hallarle un sentido a  todos mis sueños. Pero bueno, dejando temas no-trascendentales y aburridos, tengo una gran crítica que hacer al cine de hoy en día. Ya les contaré porqué en una entrada más adelante.
¿Qué demonios? Todo va perfectamente bien.
Salud por la buena vida, por la gente de letras, por el rock and roll y por la libertad de expresión.


Siempre suya,  
Req. 


PD: La imagen del elefante malvado es simplemente épica, no pude resistirlo.