Le dedico esta entrada a mis padres quienes se conocieron un día como hoy hace 32 años. Fuimos a cenar, a tomar una sangría y disfrutar de la tibieza de un restaurante Miraflorino mientras afuera llovía (y aún llueve) copiosamente, clásico del invierno de Lima.
Mañana tengo un examen de historia lleno de mapas. No sé que haré.
Espero no llevar al colegio los efectos del buen vino.
Con amor,
Req.
PD: Luego cuelgo fotografías del momento emotivo.
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