como el monstruo infeccioso que me nace de la entraña
y rasga besándome en hemorragias
las paredes mohosas de un corazón que ya no me pertenece pero palpita como un engendro demoníaco en mi
¡No puedo escucharlo! ¡No puedo arrancarlo!
Quema las arterias como ácido maldito de los mismos avernos
me consume la propia sombra que vomita en su odio profundo
se me ha acabo el amor de los versos y el halo bendito
pronto no seré nada más que otra pesadilla
Voy a dejar a ese fantasma demoníaco y lujurioso de un pasado
a que me consuma como si fuera fuego infernal
y me consumiré como una rosa en hoguera de brujas, en aquelarre se harán ceniza los rastros, las ruinas de mi espíritu
porque he muerto, y me río porque estoy muerta, pero no en mortaja
¡No puedo dejarlo! ¡No puedo correr! Y así fue,
se han paralizado mis extremidades, no soy más que un fiambre
soy un cadáver que abraza, que mezcla muerte con muerte
palpita el árbol más enfermo en mis lúnulas fúnebresque se ha vuelto mi verso, sentimiento y voz!
¡Oblivisci tempta quod didicisti!
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