mordidas de ira y besos de sangre
acurrucados en los botones abiertos
y la tibieza de la piel adormecida
Tragarse las flores de tu grito reprimido
palpitando en la risa violeta contra la sábana
cuerdas de metal, cicatrices en la cama
y el cristal ensangrentado de la rabia
Bajo la lágrima del silencio
respiraba la pasión intranquila
y narraba, entre golpes y orgasmos
las blancas historias del pasado
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