porque a aquel pasadizo de niebla y de infancias
solo hace le hace falta tu sombra alegre
de lágrimas escondidas en tu amor
que anda de luto
Somos dos solos, siempre solitarios
compartiendo el silencio y la sangre violeta
como el vino que nunca tomamos en tristezas
y las cenas eternas
cuando me observabas llorar
Los años se tragan las flores de nuestra vejez
cómo nos estaremos muriendo
como las golondrinas de tu voz de invierno
y mi corazón cayéndose a pedazos
cuando dices que me quieres
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