jueves, 21 de junio de 2012

Padre

No has muerto y cómo te extraño 
porque a aquel pasadizo de niebla y de infancias
solo hace le hace falta tu sombra alegre
de palabras raras, de odio eterno
de lágrimas escondidas en tu amor
que anda de luto

Somos dos solos, siempre solitarios
compartiendo el silencio y la sangre violeta
como el vino que nunca tomamos en tristezas
y las cenas eternas
cuando me observabas llorar


Los años se tragan las flores de nuestra vejez
cómo nos estaremos muriendo
como las golondrinas de tu voz de invierno
y mi corazón cayéndose a pedazos
cuando dices que me quieres













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