Yo no vivo, yo ardo,yo no lloro, yo lluevoyo no escribo, yo destilo.Y así todo todo el tiempo.
Anónimo.
Entrar por las puertas del bar de la calle 24 y que nos saludaran, que nos sonrieran y los mozos se abrieran el paso como dándonos la bienvenida a casa. Atrás quedaron las noches felices en aquellas mesas de madera maltrecha, rodeados de viejos y de hombres mayores que reían aunque estuvieran tristes.
Hace unas semanas, un viejo amigo de la familia me preguntó tímidamente, quizá creyendo que me burlaría de su idea y me pondría a aullar, lupus, con sorna, si yo también “me ponía rara” en las noches de luna llena. Le respondí que sí, que solo conocía a pocas personas que pasaran por lo mismo y que era y sigue siendo algo inexplicable.
Cuando él murió tenía pedazos de vidrio colgando de la planta de los pies. La piel se había desgarrado como papel y quedaban pocos dedos entre la sangre púrpura, casi negra y que en su tiempo fue roja, rojísima. Quedaba un poco del dedo gordo y desviado hacia la izquierda, las uñas habían desaparecido. Alguien que pasó por ahí, dijo que lo había visto romper espejos a patadas, intentando llegar al otro lado como quien cruza un arroyo triste.
Alguien me ofreció ayuda para llevarla a casa pero me rehusé.Yo la cuidaba todos los viernes por la noche, los sábados por la tarde, el día y la hora que a ella se le ocurriera buscar y arrastrarse por las calles buscando un chorro de felicidad momentánea. Caminamos por media hora en silencio hasta que ella estalló en una risa tan fuerte que cayó al suelo; me senté a su lado y la escuché mientras se sacaba una botellita de Vodka medio llena del bolsillo de su abrigo.
2. tr. Acabar del todo con algo, de modo que cese de existir. Extirpar los vicios, los abusos."A veces me pregunto el porqué los pájaros se quedan en el mismo sitio cuando pueden volar por todos lados en el mundo. Luego me hago la pregunta a mi mismo"
Yo: Según la RAE, el amor es el conjunto de sentimientos que ligan una persona a otra.
Andrea: ...
Yo: No. Simplemente no.
Andrea: No creo que esté bien definido, pero ¿Quién soy yo para decir eso? Nunca he amado y nunca he dicho esas palabras a una persona que no sea mi madre.
No llega a perderse aquel brillo que tiembla entre la tristeza y la sonrisa, simplemente descansa. En momentos así es cuando comprendo que hay razones por las cuales la luz nunca se apaga.
Al otro lado de la botella vacía