viernes, 29 de junio de 2012

Yo.




Yo no vivo, yo ardo
yo no lloro, yo lluevo 
yo no escribo, yo destilo.
Y así todo todo el tiempo. 




Anónimo.  

martes, 26 de junio de 2012

Escenas De Una Felicidad Incompleta

Atrás quedaron las tardes felices en el bar de la calle 24. Cogíamos los abrigos y arrastrando hojas y fotocopias del Manifiesto Comunista entremezcladas con estrofas de Vallejo, tomábamos el autobús destartalado y colorido de siempre. Hacíamos un escándalo adentro, nos balancéabamos entre los rostros desconocidos y la risa lejana del chofer que en algún momento vio en nosotros el recuerdo de los hijos que nunca tuvo. Para nosotros todo tenía vida, todo tenía una historia entrañable con un nudo, un desenlace, como en nuestras clases de Literatura hacía mucho tiempo. Caminábamos bajo el cielo purpúreo en escupitajos escarlatas, Azul me cogía del brazo y decía "No estés triste, pronto anochecerá". Y caminábamos todos riendo a escándalos y hasta las lágrimas, contando viejas historias de fotografías en Polaroid y pasos que dejaron un eco increíble, casi tierno en nuestra memoria. 
Entrar por las puertas del bar de la calle 24 y que nos saludaran, que nos sonrieran y los mozos se abrieran el paso como dándonos la bienvenida a casa. Atrás quedaron las noches felices en aquellas mesas de madera maltrecha, rodeados de viejos y de hombres mayores que reían aunque estuvieran tristes. 
Todos teníamos algo en común en aquel bar, todos estábamos hechos un naufragio triste y sin posibilidad de ser encontrado, ni siquiera en las astillas. Hechos pedazos, tomábamos vino, lo que con Azul llamábamos sangre de unicornio, y brindábamos por la revolución. 
Alguien se ponía a componer versos entre el adormecimiento y las copas chocándose unas con otras. Aplaudíamos conmovidos, Trece decía que la poesía era su vida y su muerte, que si algún día moriría sería por los versos. Quizá los versos atraviesen mi piel como espinas, decía, y me muera desangrado, de amor, de tristeza, pero sobre todas las cosas, morirme de poesía. Brindábamos en silencio, citábamos al viejo Marx y un poco de revolución y más sangre de unicornios. Azul se ponía de pie, tan apasionada, nos alentaba a levantarnos en armas contra el gobierno y su sonrisa era bella bajo la luz amarilla. Pedíamos otra botella y de nuevo el silencio, los viejos días, los viejos, muy viejos atardeceres en nuestra mesa de siempre. 
Nadie mencionaba lo tristes que estábamos porque sabíamos que en algún momento todo quedaría atrás. Ya no habría más manifiestos, tampoco llamados a la revolución intelectual ni mucho menos bailar alegremente algún tango de Gardel con un cigarro en la mano, haciendo círculos alegres en la puerta el bar. 
Atrás quedaron los días felices en el bar de la calle 24 y me llenan de nostalgias, de pensamientos que se arrastran por la alegría que nos dejaron aquellos viajes tan cortos a ningún lugar. 
A veces Azul se apoya en mi hombro y en esos segundos de tranquilidad, puedo sentir que ella y todos nosotros, tenemos miedo que en aquellos días felices, una parte de nosotros se haya quedado para siempre. 

domingo, 24 de junio de 2012

Pétalos

Hora Original: 02:40 a.m


Cada vez que paso cerca de los arbustos que hay camino a Estudios Generales Letras, me acuerdo cuando era pequeña y solía comer flores. Al mismo tiempo que mis primeros brotes de profunda tristeza a los seis, comenzó mi búsqueda por sanar esa sensación hasta ahora inexplicable de invisible desangramiento. Una de las tantas maneras que encontré de hacerme sentir mejor, era comer flores coloridas y con pétalos abiertos como heridas de guerra. Solía arrancar las flores que mi mamá regaba distraídamente y me tragaba los pétalos fucsias y rosados, masticando y saboreando su dejo amargamente dulce. No podía comprar esos dulces que te teñían los dientes y la lengua de colores porque decían que los químicos me harían daño, pero yo tenía mis flores. Tinte natural, un sabor extraño que se pegaba al paladar por horas hasta que desaparecía con la llegada del almuerzo. 
Cada vez que paso por esos arbustos de flores rojas tengo unas ganas inmensas de arrancar un ramo de florecitas rojas y devorarlas con la misma tristeza de hace muchos años. Ha pasado mucho tiempo, la Pena, la Niebla, ha cambiado de forma y de nivel dentro de mí pero sigue siendo la misma bastarda sensación. Querer cerrar heridas, querer parar una hemorragia. Esas cosas nunca cambian, es como para reírse de su eternidad. 
En esos tiempos yo creía que comer flores podría transferirme el color y la paz que éstas representaban. Todavía cuando voy al cementerio me quedo observando la cantidad casi infinita de flores que ofrecen en la entrada y cómo bailan los gladiolos rojos en la tumba de mis abuelos, que por cierto hace muchísimo no visito. Siempre me han estado observando, inclusive cuando comía flores y nunca pensaba en ellos. 
Esta noche pensaba en algo diferente. Si tuviera que buscar algo similar a la sensación que suele invadirme momentáneamente en los últimos días, buscaría el tallo espinoso de una rosa y dejaría que durmiera en mi garganta con el mismo placer con el cual veo a las personas morir por un sueño. 




Con amor, 
Requiem.

Glow


Hora Real: 02:30 a.m 

La madrugada antes de una presentación por el Día de la Juventud en el colegio, me levanté de la cama muy tarde con los ojos cerrados y me fui caminando por todo el pasadizo, haciendo gestos y exclamaciones sobre Oliver Twist. Mi madre se levantó alarmada, me bajó los brazos, me llevó hasta la cama e intentó hacerme reaccionar pensando que me burlaba de ella. Al día siguiente en el desayuno me contó lo sucedido y hasta ahora no recuerdo que ninguna de esas cosas haya sucedido, pero creo en su palabra. Esa noche había salido la luna llena y todos saben lo que sucede cuando se pone redonda, circularmente perfecta e irradia una luz que podría deshacerle la piel a los vampiros en un giro de traición. 
Hace unas semanas, un viejo amigo de la familia me preguntó tímidamente, quizá creyendo que me burlaría de su idea y me pondría a aullar, lupus, con sorna, si yo también “me ponía rara” en las noches de luna llena. Le respondí que sí, que solo conocía a pocas personas que pasaran por lo mismo y que era y sigue siendo algo inexplicable. 
Durante las noches de luna llena mis sueños, de por sí abstractos, simbólicos, anómalos y detallistas, todo al mismo en su mayoría, evolucionan hasta niveles terroríficos, quedándose plasmados en las córneas cerradas e invisibles de la memoria. Hablo muchísimo más, a veces río, un par de veces lloré hasta despertar y pateo como si en mis sueños algún ente intentara sofocarme con sus ramas chorreando de brea. Si he gritado, nadie me lo ha dicho. 
Lo más curioso es que despierto con los brazos arañados y en los casos más graves, con manchas de sangre en la nuca. Quién sabe cómo demonios he llegado a hacerme largos y profundos arañazos hasta allá arriba. 
Agradezco no ver una luna llena desde hace casi una semana y al mismo tiempo la extraño con una mezcla de nostalgia, amargo respeto y curiosidad. Me gustaba contemplarla desde el balcón por largos minutos, congelándome de frío y sintiendo que en esos canales inexplorados de las arterias, algo anónimo me calaba todas mis ruinas de tranquilidad. 


Malezas de Jardín Incompleto



Quién luchará por ti, pétalo marchito,
quién sostendrá tus frágiles cuerdas
como el polvo débil de tu risa partida
que amargó mi corazón de felicidad

Quién anotará tus contradicciones,
en el agua que corre por tu palabra
si eres el verbo sobre las cicatrices
que devoraron el crepúsculo
de nuestros pasos tan tristes

Quién comprenderá tus garabatos
cogidos de la mano con los míos
en la tinta hecha lágrima de las noches
que duermen bajo tus cenizas 

viernes, 22 de junio de 2012

Cenizas

Había algo peculiar en su forma de caminar. Una caída del caballo le había partido un hueso en la pierna izquierda en algún verano de su pasado y su leve cojeo se lo recordaba todos los días. Fuera de sus huesos rotos y su olor a flores de cementerio, su fragancia que flotaba entre la muerte y la felicidad, él tenía muchas cosas peculiares. Todos creyeron que murió de viejo y porque la Demencia se lo tragó desde adentro a tal punto que se olvidó de comer, quizá hasta de respirar y fue por eso que lo encontraron tieso en su cama, con los ojos abiertos y una sonrisa rara colgándole del rostro. No fue así, las historias se escriben de manera diferente, él estuvo muerto todo este tiempo pero las personas son un buen público en el teatro y el arte de actuar era, es y seguirá siendo una maldición increíble. 
Cuando él murió tenía pedazos de vidrio colgando de la planta de los pies. La piel se había desgarrado como papel y quedaban pocos dedos entre la sangre púrpura, casi negra y que en su tiempo fue roja, rojísima. Quedaba un poco del dedo gordo y desviado hacia la izquierda, las uñas habían desaparecido. Alguien que pasó por ahí, dijo que lo había visto romper espejos a patadas, intentando llegar al otro lado como quien cruza un arroyo triste. 
Una de sus alas se había despellejado por completo y la habitación estaba llena de plumas blancas, negras y rojas. De su omóplato derecho salían unas raíces oscuras que caían por su espalda fría como una cascada de algas, un manojo de hebras y el ala sangrante descansaba en el suelo, haciéndose ceniza bajo el sol de la ventana. Una herida abierta mantenía el ala derecha unida a la piel frágil, cuarteada por la sal de la brisa y los años que pasaron; entre los tendones y los hilos de piel, se podía observar una luz extraña, como el parpadeo de una estrella. 
Murió sonriendo, abrazando su cuerpo maltrecho y golpeado por la tinta de sus historias. Alguien que pasó por ahí dijo que rió a carcajadas antes de irse, rió por horas, tapándose los oídos y chocándose contra las paredes de la habitación dejando las sombras de su sangre sobre los muros blancos. 
No murió de viejo, no fue tocado por los años que nos consumieron al resto de personas que lo observamos desaparecer. Murió así, con un ala mutilada, temblando de dolor y de placer, de alegría y de amor hasta que cayó al suelo, herido y contento. Cerró los ojos y lo único que dijo fue "Hoy retorno a mi hogar", antes de que su cuerpo se volviera nada más que roja ceniza.


jueves, 21 de junio de 2012

Padre

No has muerto y cómo te extraño 
porque a aquel pasadizo de niebla y de infancias
solo hace le hace falta tu sombra alegre
de palabras raras, de odio eterno
de lágrimas escondidas en tu amor
que anda de luto

Somos dos solos, siempre solitarios
compartiendo el silencio y la sangre violeta
como el vino que nunca tomamos en tristezas
y las cenas eternas
cuando me observabas llorar


Los años se tragan las flores de nuestra vejez
cómo nos estaremos muriendo
como las golondrinas de tu voz de invierno
y mi corazón cayéndose a pedazos
cuando dices que me quieres













Exámenes Finales


SUICIDIO 
MASIVO 



El resto nos quedamos leyendo.
Del otro lado de este ridículo esfuerzo, hay semanas de intoxicación y auto-destrucción.
Por algo somos los niños que nunca vieron llegar a Peter Pan por la ventana.
Y buscamos el País de las Maravillas al otro lado del vidrio de una botella.
En el mágico Polvo de Hadas que nos deja un viaje de nicotina.


martes, 19 de junio de 2012

Añicos De Sociología

Para la clase de Sociología hicimos un estudio etnográfico sobre los niños y niñas que suben a cantar a los micros en Lima. Después de dos largos días de cortar, mezclar y borrar, he terminado de editar el video que contiene los testimonios, las imágenes y las fotografías. Siento que es uno de los proyectos que más ha valido la pena en trabajar con tanto esmero. Me duele el hombro derecho, siento que se va a desprender de mi cuerpo en cuanto me acueste a dormir. 
Podría mostrarle a mi padre lo que he hecho, pero no le gustaría, quizá hasta se enojaría conmigo. Me diría que qué tontería. Repetiría con seguridad que todos los niños-cantores-de-autobuses de este país solo buscan monedas para consumir drogas, para sus padres alcohólicos y que luego van a vaciarle los bolsillos a las personas en las calles. Al observar a los niños de mi video decir que quieren ser ingenieros, policías y médicos cuando crezcan, sentiría el choque de la realidad porque es probable que piense que los pobres no tienen derecho a soñar ni a tener aspiraciones. Un niño mal alimentado y sin educación que canta cumbia en un micro no puede soñar con ser ingeniero, no en este país, no en estos tiempos.
Muchos no creerían en las cosas que muestra este video. De verdad todos piensan que estos niños no tienen absolutamente nada en este mundo que no sea un ambiente venenoso de vicios y fracaso, pero todos tienen ganas de vivir, de aprender. Shirley, de 9 años, trabaja sin que su madre alcohólica lo sepa para poder ir al colegio. 
No se pueden hablar de estas cosas en casa. Debajo de este techo se odian a los homosexuales, a los pobres, a los indigentes, a los niños cantores de autobuses, a las minorías sociales y a todos los que son diferentes. El argumento más usual que suelen darme desde que tengo memoria es que los pobres son pobres porque quieren ser pobres, que los homosexuales son enfermos mentales con una vida de perversión, que el quechua no sirve, que las putas solo son putas y que todas las personas rechazadas en esta sociedad no tienen derecho a segunda oportunidad, tampoco a soñar, no en este país, no en estos tiempos. 
Y sin embargo me rehúso a escuchar desde que comenzaron con estos sermones enfermizos sobre lo mucho que dejo de alejarlos a todos. Jamás les he hecho caso, jamás he creído ninguna de esas tonterías ni tampoco lo haré. El amor hacia mis padres no es tanto como para dejar que cultiven ideas en mi cabeza y las rieguen con la sangre de la estupidez.
Un amigo mío tiene razón cuando me dice "Tu casa te hace triste, mucho más triste". 



De pie y nunca de rodillas, 
Requiem.

domingo, 17 de junio de 2012

Pérdida

Pensar en la cantidad de personas que han desaparecido (quizá yo desaparecí o nos desaparecimos mutuamente) de mi vida me llena de una sensación de vacío. Se fueron, se hicieron polvo como si los años que pasamos juntos no hubieran significado nunca nada. 
Podría hacer un libro lleno de fotografías y referencias de todos aquellos que desaparecieron. Me he prometido encontrarlos algún día, decirles que los extrañé mucho y que las cosas han cambiado tanto, nos hemos hecho tan viejos. 
En algún momento esto iba a suceder. 
Y todos los fantasmas regresaron a recordarme que estoy haciendo las cosas mal. 
Oh Dios, los extraño. 
Ni siquiera puedo entender cómo carajo me hacen falta. 



Verborrea En Plasma Gris III

Irme corriendo la próxima vez. Hace unos años encontré a la vuelta de la esquina una escena en la cual no debí de intervenir y simplemente salí corriendo, tomé el ascensor más cercano y desaparecí. Entonces el plan es, irme corriendo. 
Inútil, entre todas las posibles alternativas. No va a funcionar. Las cosas no se arreglan corriendo y aunque lo intente, mis pies están unidos en ramas de carne y sangre al suelo. Tengo más razones para quedarme, sonreír un poco, repetir frases y sentir tan a gusto. Una mezcla venenosa entre dolor, felicidad, una tranquilidad que se ha dado revolcones en un peñasco de bipolaridades. Sin embargo me quedo, siempre me quedo. Ramas sangrantes por todos lados que al romperse solo traerán la mejor de las hemorragias.
Esta mañana soñé con algo bello y desperté con el sabor amargo que tienen las cosas bellas que no tienen cómo encajar en los escenarios oscuros. Pensé entonces en qué sencillo sería arreglar las cosas con una llamada telefónica y  una idea vaga y desinteresada. Mañana podría despertar y decir que nada tuvo el mínimo sentido, que ninguno de nosotros flota y mas bien estamos pegados a la realidad y al suelo con la misma frialdad con la que se narra un informe jurídico. 
En los últimos días tengo esa necesidad de buscar flores y comérmelas como hacía de pequeña. Me quité el hábito porque a la larga trae una sensación dolorosa en el vientre, quizá las flores estuvieron envenenadas todo este tiempo y solo después de unos once años los efectos comienzan a aparecer. Si pudiera comerme una flor ahora mismo, me comería una rosa, sin importar las cosas terribles que represente. 
Tengo un lienzo vacío colgando de la pared en mi habitación, tengo pinceles, tengo pinturas y hojas llenas de trazos en un cuaderno. No quiero tocar absolutamente nada.
La idea de pararme frente al lienzo a pintar por horas con la misma sensación de hace unos meses es capaz de consumir la poca tranquilidad que me queda.
Estoy perdiendo el control de las cosas. 
Ya no distingo el escenario y la vida real.



PD: Este fin de semana he comprado una caja de velas. Todos los días prenderé una por cada alma solitaria que conozco. 

jueves, 14 de junio de 2012

Alice

Bajo la luz amarilla de la ciudad, la palidez de Alice se manchaba de un tono enfermizo y supe que podría desmayarse cuando levantó el rostro, se limpió el vómito de la mejilla izquierda e intentó sonreírme. Esa noche nadie la reprendería en casa; no había una madre regañona ni un padre extremista. Ella no era como nosotros. "¿Qué hora es?" me preguntó buscando mi brazo en la oscuridad. 
Sentí sus huesos frágiles, casi de cristal, sostenerse en mi y le dije que pronto sería la una de la mañana, que era muy tarde y que teníamos que regresar. Alice se rió de mí con su risa de escándalo intoxicado y escupió con fuerza hacia otro lado. Su cabello morado y pajoso tenía el olor de una noche entristecida. Cuando busqué sus ojos solamente vi un par de pupilas dilatadas que flotaban en el arco iris de la muerte que resulta cuando mezclas el alcohol, la nicotina y el ácido con azúcar. "Estoy hecha un vómito de unicornios" me dijo y su aliento era como la soledad que habitaba en sus entrañas "Llueve sangre y estrellas sobre esta maldita ciudad". 
Alguien me ofreció ayuda para llevarla a casa pero me rehusé.Yo la cuidaba todos los viernes por la noche, los sábados por la tarde, el día y la hora que a ella se le ocurriera buscar y arrastrarse por las calles buscando un chorro de felicidad momentánea. Caminamos por media hora en silencio hasta que ella estalló en una risa tan fuerte que cayó al suelo; me senté a su lado y la escuché mientras se sacaba una botellita de Vodka medio llena del bolsillo de su abrigo. 
"La vida es simple, Requiem" me decía dando un sorbo "Todos estamos muertos desde que comenzamos a vivir. Mírame a mi, hecha mierda en esta ciudad de putas, monjas y buenos amigos. Moriré joven, muy joven y allá a donde me vaya me encontraré con Joplin y con Hendrix y todos los demás hijos de puta que hicieron de mi vida un lugar mejor. Mira, Requiem, esta noche llueven sangre y estrellas". Alice señaló al cielo oscuro y comenzó a reírse de nuevo "Mi padrastro está siendo asfixiado por las flores y mi madre ni siquiera merece que la maten de manera poética, sabes..." y vomitó de nuevo. Me llevé a Alice y dejé que pasara la noche en mi casa. Llamé a su madre, dije que se nos había hecho tarde y por la mañana siguiente preparé té con tres de azúcar. Ella tenía ojeras de mapache embarradas en maquillaje, el cabello morado solo era una maraña furiosa de cansancio y su sonrisa estaba más frágil que nunca entre mis almohadas cremas. 
A veces pienso en ella y la extraño. Tuvo razón cuando dijo que moriría joven, pero no pensé que la muerte llegaría tan rápido, de manera tan inesperada. Alice murió de sobredosis en su habitación como siempre se lo imaginó, estaban repitiendo Cry Baby de Janis Joplin en su radio. Dejó una nota para mi debajo de su libro favorito, una obra de Kaysen. Me escribió "No pudieron conmigo, Requiem. Yo no le pertenezco ni le perteneceré nunca más a nadie". 



miércoles, 13 de junio de 2012

Morir Joven

La madrugada se come mi sueño a mordiscos enormes. Mientras escucho a mis padres dormitar y escribo sin remordimientos de consciencia por el sonido casi bélico que tiene un teclado a estas horas, pienso que esta noche me gustaría soñar algo especial.
Solamente cuando mi cerebro se duerme y mi organismo se apaga (aunque está comprobado que seguimos funcionando a toda máquina mientras dormimos) las cosas pueden fluir libremente sin miedo a absolutamente nada. En mis sueños o por lo menos en el 10% de ellos que estoy condenada a recordar, puedo abrazar a las personas sin pensarlo dos veces, voy a visitar a aquellos amigos que se desvanecieron por falta de tiempo y excusas medio reales medio falsas relacionadas al trabajo. 
En algún sueño arrojado de esta semana, mandaría al cuerno los horarios y me retiraría a beber vino y hablar en verso hasta el amanecer sin temor a regresar con taquicardia y el cerebro hecho un vómito de unicornios. Hay cosas que siempre han estado dentro de mi cabeza, pero el puente de la sinapsis hasta lo que escriben las manos y lo que dice una boca es largo, escabroso, preocupante y terrible. 
Si de verdad es cierto y tal puente existe, el mío suele estar hecho pedazos y con ladrillos mordidos por la tristeza y el olvido.
Hay emociones mías que nunca voy a comprender del todo, pero en realidad ese es el punto. Si pudiéramos comprender las cosas en todos sus detalles, ya no tendríamos nada que hacer en este mundo, mucho menos en el otro. Si alguien comprendiera qué es el amor o el odio y haría una definición universal que todos tuviéramos que obedecer, las cosas serían mucho peores que ahora. La magia de la incertidumbre, de no saber a dónde ir ni qué sentir. 
Algo como cuando se me acelera el pulso ante la presencia de ciertas personas y una hora después estoy intentando explicármelo aunque sé de antemano que no es posible. Bella es la sensación de no saber. 
Desde hace unos meses me persigue la idea que voy a morir pronto, ya sea de amor, de tristeza o de mis ganas plenas de contradecir a la vida. Siempre yo y la vida hemos estado jugando a las paradojas y al tres-en-raya; nos encanta contradecirnos. A este paso, estoy segura que terminaré viviendo cien años.
No tengo sueño, pero si me tiro a mi cama, pido por las almas solitarias de este mundo y cierro los ojos, estoy segura que pronto las horas habrán pasado y todo continuará como de costumbre. 
Tengo que entregar un ensayo de dos mil palabras para el día jueves.
Adivinen quién le ha perdido el miedo y el respeto a las tareas. 


Con infinito amor,
Req. 

lunes, 11 de junio de 2012

Celestica





¿Ha sido tu cuerpo agujereado por la brisa? 

domingo, 10 de junio de 2012

Partitura


... con el verbo en el vaivén de tus piernas cerradas 
mordidas de ira y besos de sangre 
acurrucados en los botones abiertos 
y la tibieza de la piel adormecida 

Tragarse las flores de tu grito reprimido
palpitando en la risa violeta contra la sábana
cuerdas de metal, cicatrices en la cama 
y el cristal ensangrentado de la rabia 

Bajo la lágrima del silencio 
respiraba la pasión intranquila 
y narraba, entre golpes y orgasmos 
las blancas historias del pasado 





sábado, 9 de junio de 2012

Respiro

Anoche mi papá no recordó mi nombre completo. Más allá que la desaparición-robo de mi billetera haya arrastrado el caos hasta mi casa y eso haya resultado en una media hora de gritos que probablemente se escucharon hasta Timbuktu, el único detalle doloroso fue que mi padre no se acordó de mi nombre. 
Pero en algún momento iba a suceder. 
La semana se termina en situaciones catastróficas, muchos trabajos por delante y Horacio con la cuerda la hecha pedazos misteriosamente. Ayer abrí mi estuche para pasar las horas con Johann Sebastian Mastropiero y solo encontré desafinación y una cuerda que en algún momento de la semana (eso me pasa por reemplazar a mi violín con cojudeces) se suicidó para hacerme recordar lo mucho que nos hacemos falta.
Los instrumentos musicales de esta casa tienen vida propia, un espíritu altamente revoltoso y sobretodo, rencoroso.
Vivo entre libros, mandarinas, mi partitura de Air From Suite no.3 de Bach y mi capacidad de ignorar y cerrar mis oídos a todo lo que me sume en intranquilidad.
De repente siento esta necesidad anómala de creerme una mariposa intoxicante y chupar la nicotina de todos los cigarros que encuentre; quizá salga más tarde a autodestruirme por unos minutos. No lo sé. Hasta el día martes, nunca había fumado un cigarro
Esta noche viene Clío después de mucho tiempo de ausencia.
Siempre me alegra que los verdaderos amigos vengan, hace que este lugar se vea menos infeliz.



miércoles, 6 de junio de 2012

Junio

Luz

Extirpaciones 

Fuego 





Simbolismos


Anoche soñé que golpeaba a un hombre desconocido con un bate hasta casi matarlo, gritando como no grito desde hace mucho tiempo.
El hombre solo se protegía el rostro y mientras le rompía los huesos, repetía sin cesar "No me gustan los cambios de ruta. No me gustan los cambios". 
Lo abandoné a su suerte, sangrando en el suelo de una calle rodeada de casas inmaculadamente blancas y de árboles altos y verdes, como en los barrios residenciales. 
Una voz lejana dijo "Catorce mas cero es igual a catorce".
Y al final del sueño, crucé una puerta negra que me llevó a una clase de bosque lleno de nieve y hielo derramándose por las ramas. La nieve emanaba una luz fría y nunca observé ningún cielo. 
Me apoyé en uno de los troncos cubiertos de nieve y cuando observé mi brazo, estaba lleno de astillas. 



Y desperté. 

martes, 5 de junio de 2012

Akira

Las lagunas de sangre seca en las sábanas
de flores bordadas a punta de espinas e insomnio
entre las marcas del café de mañana derramado 
café sin azúcar, sin cucharas y sin amor

El polvo debajo de las uñas en invierno 
de falanges de recuerdos y nicotina
las teclas bajo el sol hechas pedazos 
música de tristeza, de amargura y de amor

Abrazos de rechazo empapados de veneno
relojes sin horas, promesas jóvenes y partidas
libros que corren descalzos bajo la cama
cama sin resolana, sin almohadas, sin historias

Cantar por la noche
observar a los sueños dormir
sueños sin amor 
sueños de amor 
sueños sin historias 


Escenas De Un Siglo

Las personas aplauden cuando se termina la función. Alguien recoge las flores, coge el micrófono y se dan las gracias al director, todos miran al personaje principal y estallan en más aplausos. Definitivamente, no hay nada que entretenga más al público que ver a una persona arrancarse la piel de a pocos bajo las luces amarillas y el dolor dulce, casi de nicotina pasada, que tienen los escenarios del teatro. 
2010. Chiarella. 
No piso un escenario desde julio del año pasado, pero sigo actuando. 
Aunque no hayan aplausos ni flores manoseadas rodando cuesta abajo entre los tablones, sigo actuando con la misma horrible facilidad que causó admiración, risa y llanto en los viejos tiempos. Esta actuación es como un secreto, un guión que cambia todo el tiempo y a veces quisiera saber qué mente extraña y solitaria es la que lo ha escrito.
Con el tiempo, los aplausos han sido reemplazados con silencios y sonrisas, pero el público siempre será igual de ingenuo, nunca van a cambiar y nunca verán mas allá de la piel hecha jirones que arrastramos los que cambiamos, saltamos de una línea  a otra, nadie nos ve, nadie nos oye, pero todos nos aplauden y todos creen en las historias. 
O por lo menos fingen hacerlo.
Para ellos el silencio es mudo y el llanto es triste, la risa es causada por una gracia y una sonrisa por el susurro de una alegría fugaz. Pero todo es un acto, el número favorito del público, lo que la audiencia busca, un poco de emoción. A los que tan vacíos estamos, siempre se nos pide constantemente un poco más de emoción, como si desbordáramos simpatía por los ojos en lágrimas invisibles de cristal. 
Todo es parte del acto, todo es el número interminable, nadie, el público está para aplaudir, tirar flores, reírse de la risa, llorar del llanto. No piso un escenario desde julio del año pasado, pero el público sigue aplaudiendo con la misma desagradable expresión en la mirada que solo pide más, un poco más de emoción, un poco más de inspiración para llorar un rato, conmoverse, ser felices y cerrar la puerta del auditorio, dejando las historias atrás. Una vida en el teatro, un guión sin numeración.
Cuestionen todos los silencios, cuestionen las risas, no confíen en la sonrisa que aparece bajo la luz invernal, desconfíen de todo lo que se presenta en la escena de un siglo que no tiene escenario. 
Que alguien marchite mi guión hasta hacerlo pedazos. 
No soy más de lo que pretenden las tristes líneas de esta obra de teatro .





Requiem 








Martes 05 de Junio

Extirpar: 
(Del lat. exstirpāre).
1. tr. Arrancar de cuajo o de raíz.
2. tr. Acabar del todo con algo, de modo que cese de existir. Extirpar los vicios, los abusos.
3. tr. Med. En una operación quirúrgica, quitar un órgano o una formación patológica.

Arritmia 
(De a-2 y el gr. ῥυθμός, ritmo).
1. f. Falta de ritmo regular.
2. f. Med. Irregularidad y desigualdad en las contracciones del corazón.

Ira
(Del lat. ira).
1. f. Pasión del alma, que causa indignación y enojo.
2. f. Apetito o deseo de venganza.
3. f. Furia o violencia de los elementos.
4. f. pl. Repetición de actos de saña, encono o venganza.


Pero lo mejor de este martes cinco de junio, fueron esos quince minutos de gloria bañada en la primera probada de nicotina de mi vida sentada en una vereda, confesándole a una amiga mis planes de extirpaciones, el calor acuífero de la rabia mientras uno dibuja en invierno y sobretodo, la amarga y mágica sensación de la incertidumbre. 
Dulce, dulce nicotina. 


lunes, 4 de junio de 2012

Adoquines



Quiéreme, quiéreme como jamás me querrás
en lo que duran los minutos fríos de la madrugada
que comparten los amantes que abandonaron la tristeza 
como las prendas que atropellan al amor 
y se pierden entre risas, entre flores, entre la vida

Recuérdame, recuérdame cuando me vaya antes de tiempo 
y déjame flores de tinta antes de dormir 
desde la mesa solitaria en donde nunca nos sentamos 
déjame los pétalos marchitos de una promesa 
y recuérdame, recuérdame siempre

Acompáñame, acompáñame así como pasan los sueños 
con la flor de tu risa abrazando mi amargura
en los rieles huérfanos de una frase perdida
pero quédate, quédate un momento más 
y lléname de tu silencio 





Verborrea En Plasma Gris II

Encontró lo que había estado buscando 
por tantos años, desde antes de nacer 
con la marca de ceniza en la frente 
de los que aparecen para estar solos 

En el arco triste del 19 
se espantaron las manchas en el lienzo gris 

Encontró lo que había estado buscando 
pero no es de la muerte ni de la vida
y tampoco es suyo 

Encontrar lo que estaba buscando 
solo para observarlo desaparecer 
en lo que dura las palabras frágiles 
que nunca van a ser pronunciadas 


Pájaros




"A veces me pregunto el porqué los pájaros se quedan en el mismo sitio cuando pueden volar por todos lados en el mundo. Luego me hago la pregunta a mi mismo" 


Harun Yahya  

domingo, 3 de junio de 2012

Desmotivaciones #6




Yo: Según la RAE, el amor es el conjunto de sentimientos que ligan una persona a otra.
Andrea: ...
Yo: No. Simplemente no.
Andrea: No creo que esté bien definido, pero ¿Quién soy yo para decir eso? Nunca he amado y nunca he dicho esas palabras a una persona que no sea mi madre. 

sábado, 2 de junio de 2012

Rimas

Solo para encender la luz de tu risa 
atraparía el susurro abandonado del viento 
y buscando cerrar tus heridas 
guardaría en el pecho la espina del olvido

Arrancar el beso de la amargura 
en lo que dura el dolor dormido de un abrazo
y en el agua tersa de una palabra 
detener la sangre

Solo para asfixiar pesadillas con las manos
dejaría que me consumiera el verso nocturno 
cerrando los ojos entre la dulzura y la agonía
con la belleza y la tristeza de tu mano sobre la mía 


La Bohemia


"Bohemia de París, alegre loca y gris de un tiempo ya pasado, en donde en un desván con traje de Can-Can posabas para mí y yo con devoción, pintaba con pasión tu cuerpo fatigado hasta el amanecer, a veces sin comer y siempre sin dormir.
La bohemia, la bohemia era el amor... felicidad.
La bohemia, la bohemia era una flor de nuestra edad.
De bajo de un quinqué, la mesa del café feliz nos reunía hablando sin cesar, soñando con llegar la gloria conseguir. Y cuando algún pintor, allá va un comprador y un lienzo le vendía solíamos gritar, corer y pasear alegres por París.
La bohemia, la bohemia era y jurar te vi y te amé.
La bohemia, la bohemia, yo junto a ti triunfar podré.
Teníamos salud, sonrisa y juventud y nada en los bolsillos. Con frío y con calor, el mismo buen humor bailaba en nuestro ser luchando siempre igual con hambre hasta el final, hacíamos castillos y el ansia de vivir nos hizo resistir y no desfallecer.
La bohemia, la bohemia era mirar el amanecer.
La bohemia, la bohemia era soñar con un querer.
Hoy regresé a París, crucé su niebla gris y lo encontré cambiado. Las lilas ya no están ni suben al desván, moradas de pasión. Soñando como ayer, rondé por mi taller mas ya lo han derrumbado y han puesto en su lugar, abajo un café-bar y arriba una pensión.
La bohemia, la bohemia que yo viví su luz perdió.
La bohemia, la bohemia era una flor y al fin murió"



Charles Aznavour
Originalmente, La Bohème 

Verborrea En Plasma Gris

No llegó a perderse la luz rara que dormía en tus ojos de invierno triste. A veces todavía puedo encontrar lo poco que queda de ese brillo huérfano cuando se te pierde la mirada entre la nada y las imágenes que flotan dentro. Algo así como los rastros que quedan en una taza de té por la mañana, cuando hace frío y todos estamos solos. 
No llega a perderse aquel brillo que tiembla entre la tristeza y la sonrisa, simplemente descansa. En momentos así es cuando comprendo que hay razones por las cuales la luz nunca se apaga. 
Y esas razones están tan lejos, tan guardadas con llave y candados hechos de acertijos. Tener la luz tan cerca, encerrada entre la iris de Versalles y la sombra cansada del insomnio. 
Ni llorar ni maldecir, ni orar ni reír. 
La sombra no puede tragarse la luz, no esta vez. Hay una muralla de sueños, realidades y marcas que siempre las separará, así como las amarguras se separan unas de otras. 
Y cuando sientes que una amargura puede convivir con otra, podrías creer que es el amor, pero qué es el amor si no otro acertijo raro, tan presente en una respuesta interrumpida como en un aleteo de felicidad.
Si hay algo bello en la muerte, es cuando entre las cenizas y el polvo de los pasos, uno se muere de amor.
No llegó a perderse la luz rara que dormía en tus ojos de invierno triste, aunque la muerte rondaba por tus esquinas y se tragaba de a pocos tus sueños por las noches. No llegarás a abrazar a la oscuridad, ninguna niebla de ciudad atrapará el silbido armónico de tus palabras y aunque todos estemos muertos, seguirás de pie entre todos los que somos tan desdichados, tan náufragos y hechos pedazos.
La Luz rara se duerme entre tus pasos.
Y aquí desde el otro lado del puente yo solo observo, porque los que estamos tan muertos, solo podemos amar a los vivos de lejos, en secreto e imaginar entre la niebla, que también somos amados.

viernes, 1 de junio de 2012

W.L.




Al otro lado de la botella vacía
está, tan deforme, la frialdad de la almohada
la mugre de una mano afligida
en una habitación sin amor, sin odio y sin vida

Al otro lado de la visión nublada
está, tan asustada, la angustia de un papel vacío
la araña parda con sus besos de veneno
en un abrazo sin enigma, sin golpe y sin luz

Al otro lado del jardín empapado
está, ya tan cansada, el amor de una puerta cerrada
la mirada amarga del drama real,
en una sonrisa sin color, sin dudas y sin felicidad