sábado, 31 de julio de 2010

Destino

Ésta mañana terminé de leer "La casa de los espíritus" de Isabel Allende. Después de varias semanas de haber estando llevando el libro a todos lados y leyéndolo ilegalmente en las clases de matemática, me alegra saber cómo terminó la historia, pero dejando de lado el hecho que es una novela excelente, me hizo ver ciertas cosas que antes ignoraba. Ya lo había estado pensando en los últimos tiempos, pero comienzo a creer que de verdad todo tiene un orden en ésta vida. Es decir, yo conocí a tales personas porque es parte del equilibrio, me doblé el pie en la calle porque ya estaba escrito, como si nuestras vidas fueran una historia ya marcada que tiene que cumplirse de una manera u otra. Imagino que le llamamos destino, a esa secuencia rebelde que a pesar de los años o de lo que tratemos de hacer para evitarlo, termina cumpliéndose.
Eso me hace pensar que todos mis errores, mis caídas y mis manifestaciones de torpeza (sí pues, hay que decir la verdad) tienen una razón de ser. Lo mismo ocurre con las personas que conozco, esa gente que me marcó la vida de una manera u otra y las que insulté tantas veces en silencio o con la mirada, tienen una razón de estar en mi vida, me guste o no.

Es algo muy místico pensar que todo tiene una razón de ser ¿No? Que en algún libro viejo están escritas las historias de las vidas de todos nosotros y a la mínima acción, todo cambia radicalmente. Es tan fácil como elegir donde almorzar o qué carro tomar, qué estudiar o qué asiento tomar en tu primer día de colegio.
Si yo no hubiera decidido sentarme al lado de la chica delgada de cabello negro hace más de cinco años, nunca hubiera conocido a Arianet ni hubiera llegado a reflexionar sobre la vida adolescente. Si no hubiera elegido ciertos horarios, ciertas clases... no sabría de la vida y quizás no estuviera acá, contándole mis reflexiones a nadie en especial, simplemente manteniendo un lugar donde liberar ideas.
Todo está escrito.
Ninguno de nosotros puede escapar de sus propias páginas.

1 comentario:

Atenea dijo...

Ese libro es genial con todas las letras.
Un beso!