[ Dato: Mientras se escribía la siguiente entrada mi cerebro estaba agonizante, al igual que mis ojos, mis manos y mi sistema nervioso. Gracias por la comprensión y abróchense los cinturones que nos vamos a chocar dentro de poco ]
El examen de física fue una basofia total. Sí, lo de admito, pero esa no ha sido la razón porque la que éste día ha sido tan monótono, tan agotador y tan lleno de locuras. Llegué al límite de comenzar a fingir una ebriedad utópica para divertirme, inventar canciones que quizás ofendan el prestigio del colegio, en fin, cuando por fin me largue las pondré en algún sitio, por el momento soy prisionera con las cadenas mas cristianas del mundo. El martes por la mañana recité dos veces un poema de Gabriela Mistral en el colegio y sentí que el alma se me salía del cuerpo con todo el derecho del mundo, aquella prosa era increíblemente perfecta, apasionante. Y aunque nunca falta (de verdad, NUNCA falta) la multitud de mentes un poco perturbadas, uno de mis gestos me causó problemas a la hora de salida. Consejo número uno de la semana para presentaciones de poesías apasionantes: Nunca te pongas la mano en el pecho de manera muy notoria, hay cerebros carcomidos por la Internet en el público y están dispuestos a crear comentarios después. Después de una tarde con la doctora Muffin me siguió un periodo de pena absoluta y sin motivo que no se fue hasta hoy por la tarde y ahora se ha convertido en puro cansancio. No quiero pensar ni por un momento en que de verdad tengo razones, prefiero dejar todo en misterio. Mis ojos se mueren, pero que bien que estoy loquísima y soy capaz de aguantar las últimas absurdas oraciones de mi triste jueves que he pasado en recuperación. Como dije: el examen de física fue una basofia, salvo los angelitos matemáticos que siempre aprueban (ojo, no lo digo con mala intención) los demás nos podemos ir al infierno a jugar billar con los demonios del enojo de nuestros padres.
El examen de física fue una basofia total. Sí, lo de admito, pero esa no ha sido la razón porque la que éste día ha sido tan monótono, tan agotador y tan lleno de locuras. Llegué al límite de comenzar a fingir una ebriedad utópica para divertirme, inventar canciones que quizás ofendan el prestigio del colegio, en fin, cuando por fin me largue las pondré en algún sitio, por el momento soy prisionera con las cadenas mas cristianas del mundo. El martes por la mañana recité dos veces un poema de Gabriela Mistral en el colegio y sentí que el alma se me salía del cuerpo con todo el derecho del mundo, aquella prosa era increíblemente perfecta, apasionante. Y aunque nunca falta (de verdad, NUNCA falta) la multitud de mentes un poco perturbadas, uno de mis gestos me causó problemas a la hora de salida. Consejo número uno de la semana para presentaciones de poesías apasionantes: Nunca te pongas la mano en el pecho de manera muy notoria, hay cerebros carcomidos por la Internet en el público y están dispuestos a crear comentarios después. Después de una tarde con la doctora Muffin me siguió un periodo de pena absoluta y sin motivo que no se fue hasta hoy por la tarde y ahora se ha convertido en puro cansancio. No quiero pensar ni por un momento en que de verdad tengo razones, prefiero dejar todo en misterio. Mis ojos se mueren, pero que bien que estoy loquísima y soy capaz de aguantar las últimas absurdas oraciones de mi triste jueves que he pasado en recuperación. Como dije: el examen de física fue una basofia, salvo los angelitos matemáticos que siempre aprueban (ojo, no lo digo con mala intención) los demás nos podemos ir al infierno a jugar billar con los demonios del enojo de nuestros padres.
Estuve tan mal que canté rancheras alcohólicas de José Jimenez hasta la medianoche ayer y luego me largué a descansar para luego tener un sueño donde beso a alguien que no conozco y probablemente no exista. Siquiera los fantasmas me visitan cuando duermo... ¡Si quiera alguien se cruza por ahí y reemplaza a mis comunes pesadillas! De ahora en adelante no quiero saber nada del sentimentalismo, le está jodiendo la vida al mundo entero y aunque sea muy inspirador en ocasiones, sigue malográndote todo cuando se convierte en un dolor sin nombre. Las presentaciones de teatro, conciertos de música clásica y demás cosas tan bonitas están esparciéndose por Lima con una velocidad adorable. Planeo salir todos los fines de semana que pueda a liberar mi mente y alimentarla con presentaciones agradables, después de haber visto la última función de "Las Neurosis Sexuales De Nuestros Padres" solo he podido esperar a que Julio comience para ir a ver la obra una vez más y esperar al concierto más cercano (un cuarteto de cuerdas buenísimo) para ver si puedo enmendar las salidas que no logré culminar en mi tiempo libre.
No hay nada mejor que el Arte para curar almas y sistemas nerviosos heridos como los míos.
¡A practicar violín, escribir y alcoholizarse en sueños!
Cómo se nota que me estoy muriendo...
Besos Negros & Abrazos Bohemios
Req.♫
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