El viernes comenzó espléndidamente con un frío infernal, pero eso que importa, todo iba estupendamente bien hasta que te encuentras con esa gente idiota que no debería de existir ni habitar en tu territorio. Perfecto, de alguna manera se me murió el sentido del humor y pasé la mañana planeando el homicidio seguro de alguien junto con una compañera que terminará siendo una asesina serial si no dejo de alentar el despertar de su creatividad siniestra. Soy mejor que un campamento de verano de la locura, unos meses en el pupitre de atrás y terminarás más rayado que mis gafas.
¿Por qué? La pregunta es así de simple y corta: ¿Por qué? Hoy como nunca me he mordido la lengua (efectivamente, no funcionó) para no matar moralmente a algunas personas que se lo merecen. Lo peor que puedo encontrar en alguien es la actitud presumida y superior. En especial cuando esas personas tienen el complejo de fósforo y no pueden pasar ni un día de sus malditas vidas sin hacer a alguien sentir mal.
Éste es uno de los momentos en el que mis buenas amistades aparecen para decir: "Esa gente tiene una vida tan triste que se la pasan jodiendo la ajena a ver si se animan". Pero me tuve que conformar con las palmadas en la espalda y los "Cálmate, por favor". Es cierto, llenarme de veneno no me sirve de nada... a menos que se lo pueda inyectar a alguien rápidamente.
Voy a superar todo ésto, hoy es viernes, mañana es sábado.
Regreso de mis lunáticas clases de inglés y seré libre para ver musicales, cantar, llorar, reír.
Tomar vino, ya conocen la historia.
PD: El título es real. En la página ascodevida.com que me pasó un amigo hace muchos meses me di cuenta que de verdad... no me puedo quejar demasiado de lo que me ocurre.
Demonios.
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