miércoles, 30 de septiembre de 2009

Reflexiones Sin Conclusión

Un perro me destrozó mis lentes y ahora tendré unos nuevos para mañana. Tratamos de no sacarnos los ojos para decidir una canción para los Covers en el colegio y nos damos cuenta que somos más unidos como salón que como promoción.
A mi no me molesta. Qué demonios...
No voy a mentir y decir que mis propios problemas personales son los que me están haciendo sentir tan extraña en estos últimos días. No es ni mi familia, ni los resultados de mis exámenes psicológicos ni la desmoralización tan casual.

Todo es la manera en la cual he vivido en mi colegio en los últimos 9 años de mi vida.
Sí esta bien, muchos dirían "Que joda esta mocosa solo se queja de su colegio. Qué demonios quiere entonces que se largue a otro ¿No?"
Pero no es tan fácil cuando te has acostumbrado a ver las mismas caras, escuchar las mismas payasadas e insultar a las mismas personas por tanto tiempo.
No somos perfectos, no somos excelentes en notas, algunos profesores saben que podríamos ser unos inútiles sin vida en el futuro (así de feo, así es, aunque claro, no lo dicen tan directamente) pero supongo que no todo puede ser tan malo.
Ok, no somos unidos como promoción.
Mi sección se odia con la otra porque somos polos opuestos.
No hacemos reuniones que de verdad son reuniones (solo fiestuchas donde tomas y en fin... no sabes a quién le estás hablando)
Y ni siquiera aplaudimos ni tenemos ganas de absolutamente nada.
No se llama desgano, se llama 'diferencias'.
Da a pensar si en los últimos años que nos quedan se podría arreglar.
Si se puede, sería rarísimo pero genial.
Y si no, me importa un zapato viejo con hueco.
Yo quiero a mi salón.
Y eso es todo.

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