sábado, 26 de septiembre de 2009

Equilibrio De Verdades

Y lo miraba, sentada en el borde de la cama. Había ido solamente por una visita común y corriente y sin embargo, no lo sentía como tal.
El ambiente se había puesto tenso.
Pero eso no concordaba, todo había estado muy bien hasta ese momento.
El silencio había comenzado a aniquilar la tarde tan bonita que habían estado pasando.
Y también él la miraba.
Se preguntaba lo mismo. Que rayos... ¿Ahora que se debe de hacer?
¿Las cosas no podían mantenerse tan fluidas como siempre?
Habían pasado muchísimos, pero muchísimos años desde el día en que comenzó a dudar sobre lo que sentía. Y estaba seguro que eso le pasaba a ella.
¿Y ahora qué? ¿Debería de inventarse algún tema sin sentido? Tenía tantas preguntas que hacerle...
Entonces la lanzó al azar, así, de repente. Vomitó la pregunta que hizo que el corazón de ella parara abruptamente:

-¿Yo te gusto?
Joder. Sí, joder una y mil veces. No le respondió inmediatamente porque se había transformado en una muda roca. Tomó aire y trató de actuar normal.
-Cómo quieres que responda.
-Con la verdad.
-A veces hay verdades que no nos gustar escuchar. Y menos, decir. Este es un caso.
-¿No podrías responder y eso sería todo?
-Yo creo que con todas las excusas que te doy es suficiente para que sepas mi respuesta.
Se quedó callado, amilanado por la respuesta que había esperado tantos años recibir. Y ahora que tenía la oportunidad, le habían contestado en una respuesta muy ingeniosa.
Y pese a todo no era lo que el quería escuchar.
Un sí un no, y se terminarían las dudas que habían llevado años.
Suspiró y miró a la joven que lucía muy tranquila...

-Tienes razón- le dijo él -Todo siempre ha sido suficiente para saber tu respuesta.

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